lunes, 22 de octubre de 2012

Al descubierto


Estando todavía en Inglaterra haciendo camas una mañana me entró la inquietud de que si mi marido publicaba la novela con el título que le había buscado no habría quién la eligiera entre el montón de obras expuestas a la venta, y se me ocurrió otro.
-¡"Pies peludos"!, ¡cómo se te ocurre!, si parece un titular para El Jueves*, me dijo mi marido cuando le fui con la idea.
-Es llamativo.
-Es horrible. Piensa cariño que se trata de un texto literario y el título tiene que estar acorde...
-Vale, pero todo depende, si Tarantino lo hubiese elegido para una película suya podría haber pasado por cool, ¿no te parece?, a ver, ¿cómo se llama esa con Uma Thurman y John Travolta?...
-...el título tiene que tener cierta sonoridad, el oído importa mucho...
-...¡ah! ya me acuerdo, no, Pulp Fiction, suena refinado..., y Kill Bill también, en fin, pero vamos a ver, Carne trémula, de Almodóvar, ¿no parece un titular de revista burlesca?. ... Y Carne, a secas, ¿te acuerdas que me contaste de una película de los años sesenta o por ahí, argentina, que te gustaría volver a ver?, se llamaba así, ¿verdad?, "caaarne", ¿te suena bien?. 

Igualmente, para evitar el mal fario, mi marido modificó el título que había mandado como provisional; ahora le ha puesto uno que suena poético (sin guasa), el nombre de una península lejana, que en todo caso no es Kamchatka.
Para evitar malentendidos tengo que decir que mi  influencia sobre mi marido es nula, literaria me refiero, si hubiese estado convencido lo quedaba como estaba, que por algo lo tenía puesto como no definitivo.
Lo cierto es que con el nombre de Pies peludos sucedió algo raro, me vino como una inspiración, a mi, que jamás me he metido en el trabajo de mi marido, y el calor de su encuentro me duró hasta que lo solté, quedando convertido afuera en un charco de hielo derretido. 
Espero que no todo me funcione de la misma manera.

*Semanario español de humor satírico

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