sábado, 27 de julio de 2013

Tiempo de azañas II

La Perla de York
No recuerdo que de niña nos contaran en el colegio demasiadas historias truculentas basadas en la persecución de los cristianos y los libros a propósito de la asignatura religión que tenía en casa eran adaptaciones modernas para niños, sin ánimo de asustarlos, con ilustraciones grandes, atractivas, en colores, narrando historias del Viejo o Nuevo Testamento, y la Pasión de Jesús, como ya la tenía tan acostumbrada, más que estremecedora me resultaba algo triste cuando llega el tiempo de rememorarla, por tener que pasar la mitad de las vacaciones de Semana Santa cada año con lo mismo, todo teñido de gris y morado, con un toque de rojo que para nada levantaba el general ánimo plomizo que se respiraba en la calle y en la tele*. Así que vivía tranquila.
Sin embargo, una amiga que llegó desde Barcelona a residir con su familia de padre ingeniero y que habría acudido a algún colegio de los de allá, tenía en su estantería un libro, bien anticuado de encuadernación, que me puse a hojear, y ella me dijo que se lo habían proporcionado sus anteriores monjas, y quedé prendada del horror.
Allí vi que unos hombres le dijeron a una niña que abordaron por la calle que si avanzaba el pie hacia la cruz que le habían puesto delante en el suelo, se libraría del mal que pudieran hacerle, pero si se resistía al pisotón, la iban a matar y descuartizar. Como la niña era un ejemplo de buena cristiana, se negó en redondo, así que le hicieron lo anunciado, troceándola y sepultando los pedazos en lugares diversos del municipio donde ella residía. La gracia era que en la sucesiva noche los vecinos descubrieron luces emergiendo de aquí y de allá, y fueron a mirar, rescatando de lo hondo de un pozo la cabeza, y así siguiendo, hasta reconstruir el cuerpo entero.
Fue la refulgencia que les dio señal de que la niña había muerto por amor a Jesús; y mi dilema era qué haría si me salían al paso unos infieles como esos, que más que una duda era una disyuntiva, porque tenía claro que haría, pero entonces dónde quedaría mi camino hacia el reconocimiento por algo meritorio y de tamaño abultado que hubiera hecho.
Casualmente he visto ahora que era práctica común en el siglo XVI la dispersión del cadáver, de los católicos perseguidos por la iglesia de Inglaterra, si los pillaban, claro, después de rebanarles los miembros, aunque a Santa Margarita Clitherow le aplicaron la modalidad de extenderla viva sobre una roca puntiaguda, adosándole al cuerpo una puerta y sobre esta cargando pedruscos y más pedruscos hasta que muriera por compresión. Total, por acoger en su casa a unos sacerdotes católicos, obtuvo ese justo juicio por la ley de York, la hija de un candelero que hacia sus dieciocho años se había convertido a la iglesia de Roma, de la que un poco antes, dentro del mismo siglo, se había desligado Enrique VIII, arrastrando por supuesto con él a todo su pueblo; y ahí terminó la vida de carne y hueso para la recordada Perla de York, por cierto, nacida de apellido Middleton, como la actual admirada Kate, Duquesa de Cambridge, la que precisamente esta semana ha alumbrado a un futuro probable monarca, si es que para entonces continúa la devoción o el sentimiento utilitario de los británicos hacia su realeza.
Y volviendo a las escenas bien propias de cine gore o de terror, bien sabido que los católicos a su vez usaron las más creativas y dolorosas técnicas de suplicio contra sus enemigos, y es que ese es el inconveniente que tienen las iglesias cuando están sin domesticar y en pleno ataque virulento de su fe expansionadora.
Gracias que con el tiempo algunas se han ido ablandando, al menos por mis lares culturales,  plegándose a los deseos y necesidades más humanas y espirituales de sus fieles como método para conservar o hacer crecer la parroquia.

* Franco gobernaba entonces en España y hacía respetar los ritmos de la iglesia oficial del régimen

miércoles, 24 de julio de 2013

Tiempo de hazañas I

La libertad guiando al pueblo
Delacroix
Las cantantes, actrices y bailarinas eran desde luego mi inspiración de chiquita, como supongo le sucede a la mayoría de niñas en este planeta, aunque en lo hondo de mis divagaciones creo que prefería destacar por alguna otra hazaña.
Era potente la idea de la madre fundadora del colegio de monjas al que asistía, una viuda con cuatro hijos a quien una vez muerto el marido se le ocurrió crear una congregación; pero a mi me gustaba en su vertiente de niña, página tras página de un libro ilustrado mostrando hechos significativos de los que hacía, cada día consiguiendo algo brillante, propio de ser contado con admiración a los escolares de las siguientes generaciones y de constar en lo que yo miraba y remiraba buscando la clave de llegar a ser tan especial como ella.
Un día Joaquina, que así se llamaba, se ensució sin querer el vestido, que lo llevaba tan limpio y recién planchado, y a resultas del manchón quedó muy compungida por el trabajo que le iba a dar a su mamá, y decidió lavarlo ella sola antes de presentarse en casa; sin sacárselo, por supuesto, porque lo hizo al aire libre y rodeada de pajaritos, y de tan buena y considerada como había sido, al exponer el trozo de tela mojada al cielo, unos angelitos le enviaron unos rayos que se lo dejaron a la de nada como si lo hubiera metido en una centrifugadora secadora por unos minutos a máxima revolución. 
Quise imitarla, no por seguirla en todo igual, pero que a lo mejor hacer algo como ella me daba la pista, y tuve el gran problema de que yo era tan pulida que ni por casualidad se me caía algo encima y por más que jugara en la tierra o a lo que fuere, siempre regresaba a casa tan inmaculada como había salido, y pensé en echarme la mancha adrede, que si un pinchazo y de sangre, que si de tinta pero haber cómo la sacaba luego, y cada sustancia revestía su dificultad, e igual calculé que de esa manera no valdría. 
Hay que ver que entonces no corrían tantas películas de heroínas laicas como haya ahora, o si las había no llegaban hasta el cine de la parroquia de mi pueblo, aunque sí pasaban muchas de vampiros, y también estaba a menudo Jane Porter luciendo sus lindos modelitos para la selva en las de Tarzán.

Entrada a la secta pensé que había llegado mi momento para la acción definitiva. Si antes había sido Jesucristo con sus apóstoles, ahora íbamos a ser nosotros. En el futuro se me podría considerar entre la avanzada de la nueva sociedad, pues yendo a ver, Saúl de Tarso era un judío fariseo perseguidor de la ya andante secta cristiana cuando fue cegado por el rayo, y bien que constaba entre los pioneros.
Esta era una idea particular que yo tenía, nadie hablaba así al respecto cuando estaba adentro, y tampoco era un secta creída o descreída de algún dios.
Lo cierto es que en ningún caso hubiera podido estar allí a medias, porque si estabas, estabas, y si participabas a medias eras considerado "un choto", y ser un choto nada tenía que ver con mi idea gloriosa de hacer historia. 

martes, 23 de julio de 2013

Casualidades de la vida

Bichito entre bichitos - S.Morell
Yo no sé que voy a hacer cuando la rusa o el ruso me abandonen, porque ahora uno de los dos, o los dos, o el oso de habla española, me están mirando a diario, y la estadística va para arriba y mis ánimos también, pero algún día se van a cansar, o se les va a acabar la lectura, y entonces yo me voy a quedar con la imaginación fundida, en el sentido de lo que pueda estar sucediendo por allá. Porque vale que me siento muy contenta, con solo un alma que mire, pero me gustaría que fueran más y que el chorro siguiera fluyendo, aunque a un tiempo sospeche que alguien me esté gastando una broma, o que un lío en el contador haga que se me muestre como venida de Rusia una tenaz conexión inexistente. 
Estoy divertida y exaltada porque me resulta sorprendente que un ruso me lea, ahora bien, si este tuviera un vecino o amigo que también lo hiciera, sería más extraordinario todavía, y si contaran ellos con una agenda repleta de posibles contactos hablantes del español e interesados en esto, entonces estaríamos frente a un fenómeno de la casualidad, y si encima alguno de ellos tomara como propia la labor de publicitarme, habríamos entrado de lleno en el terreno de la coincidencia más absoluta.
Mas las casualidades de la vida son muchas, desde las pequeñas hasta las enormes. Algunas nos benefician y otras nos fastidian; a ambas las podemos aprovechar, salvo que sus tremendos efectos nos resulten devastadores; bien que las más de ellas nos son neutras, proporcionándonos sorpresa, y muchas veces gozo, por haber saltado frente a nuestra mirada ese chispazo de conexión imprevista.
A todos nos sucede.

domingo, 21 de julio de 2013

En agua de borrajas

Cerraja
 Sonchus arvensis L 
Como se habrá podido deducir, Liam es el novio de la directora del hostel al que le alquilamos la habitación en la casa donde estuvimos viviendo mi marido y yo en los últimos meses antes de regresar a España.
Desde el principio tuve que mantener un pulso invisible con él para lograr que nos nos hiciera la pirula*.
Por lo demás fue todo bien.
Incluso al entrar nos prometió unas estanterías, ¡que nada de traernos unas cualquiera e instalarlas en un plis!, ¡que va!, él nos las iba a hacer fabricar de pura madera y a medida, y vino varias veces a tomar medidas, y me dijo que si quería pintar yo misma la habitación, el pagaría la pintura, para que quedara de mi color preferido antes de abordar la obra definitiva. Y estuve a un pelo de hacerlo, pero menos mal que no lo hice.
¡Ah!, y la china que casi me pega. Ella fue quién me mostró la vivienda en primera visita, y la habitación que ocupaba con su novio inglés, y que luego pasaría a ser la nuestra. Quedé prendada de su simpatía y de su arte para venderme la maravilla y así se lo comenté a mi marido. Mas cuando fui con él a la casa para acordar con la pareja las fechas de mudanza, la tía se había metamorfoseado y mi marido y yo nos quedamos allí de pie en el pasillo, alucinando, defendiéndonos como podíamos de la fiera furiosa, sin comprender, que mejor hubiera sido largarse al primer zarpazo, pero estábamos atados de pies y manos.
Llegamos luego a la conclusión de que la china se estaba doliendo del bolsillo, aunque equivocando por completo el objeto de su ira. Y el landlord sin aparecercomo si el interés estuviera entre nosotros, y él, nada que ver. 
A cierto tiempo de vivir allá pensé: "¡Pero madre mía! si esa pareja estuvo rentándole tres años seguidos "esto", un detalle bien gordo hubiera debido tener con ellos el landlord a la hora de que se fueran, y hasta un monumento a la resistencia heroica erigirles, y sin embargo"
Pero que le vamos a hacer, a cada uno le toca el  "lord" que te toca, y dentro de la especialidad de los "land" habrá de mejores y peores, y dentro del ramo general también de todo, eso quiero pensar, porque los ingleses construyeron un imperio, y a no ser que el país esté en decadencia, y suponiendo que desde la cutrez no se levanta un esplendor, pues en algún lado tendrá que estar el gentleman*; sin menospreciar a mi landlord, que tuvo la generosidad de hacerme una rebaja inicial en la fianza, y siempre fue cortés y de trato agradable con nosotros. 

*Hacer la pirula: Es una expresión particular mía que viene de habérsela escuchado a un taxista una vez que lo paramos en las calles en Madrid para preguntarle hacia dónde teníamos que enfilar con nuestro coche lleno de los cuatro para dirigirnos a la calle que buscábamos, y el hombre nos dijo: "Sí, miren, hagan aquí mismo la pirula, refiriéndose a un giro de media vuelta a extranjis de las normas de tráfico, y tomen en la dirección que venían, y luego etc, etc.". Pues me hizo gracia dicha manera de decir  y ahora yo lo aplico, en una deformación que nada que ver, a alguien que se aprovecha de la candidez del pardillo tendiéndole un camino de trampas que le hagan caer en lo que quiere sin que se note que se las puso e incluso pretendiendo salvar frente a sí mismo la reputación de persona honesta y confiable. 
*Gentleman: Caballero

viernes, 19 de julio de 2013

Crónica final de un alquiler

Día 15
Hi Liam,
Tu tienes mi fianza y la fianza del nuevo inquilino que te he conseguido, con seguridad que tu no le ibas devolver a esta persona el dinero en caso de que finalmente decidiera no alquilarte, entonces, no veo razón para que retengas mi depósito. Necesito el dinero ya. He quedado el veinticinco a la mañana con el inquilino para pasarle las llaves y de ahí partimos inmediatamente mi marido y yo hacia el aeropuerto. Como comprenderás, queremos arreglar las cosas ahora y no a último minuto.
Atentamente,
Susanna

Día 16
Hi Susanna,
Me estás pidiendo de nuevo que te haga un trato especial. Acordamos que si os ibais antes del año, os encargaríais de mostrar la casa para conseguir a los siguientes alquiladores. Todo el mundo está de acuerdo en esto, porque da flexibilidad de irse cuando uno quiere. Yo soy siempre justo, tengo una fácil relación con mis inquilinos y solo les pido que sigan unas claras reglas. Una de ellas es que devuelvo el depósito cuando el nuevo inquilino asume las responsabilidades por la habitación, es decir cuando tiene las llaves, se ha mudado y me dice que la habitación y el contenido está en buenas condiciones y limpio.
No estoy por completo en contra de hacer excepciones en algún caso, pero ahora mismo, me siento incómodo para hacerlo pues parece existir cierta animosidad entre nosotros.

Día 16
Hi Liam,
No habrá ninguna animosidad si me devuelves la fianza ahora.
Con respecto al mínimo período de renta, te recuerdo que me vi forzada a aceptar los doce meses, un cambio por tu parte que se dio después de haberte entregado la fianza, ya que el anterior inquilino, el que me enseñó la casa y me explicó las condiciones en tu nombre, me aseguró que eran seis meses y con esta idea tomamos la decisión. No te hubiéramos alquilado de ningún modo de haber sabido que era por un año.
Tu no chequeaste la habitación cuando los anteriores se fueron y nosotros ocupamos el espacio, entonces ahora se hace difícil comparar el nivel de limpieza, pero te invito a venir mañana personalmente para ver en que condiciones está la habitación y entonces devolvernos la fianza.
Ya tienes unos nuevos inquilinos que han pagado, y nosotros necesitamos que nos devuelvas el dinero.
Sin ninguna animosidad por nuestra parte.
Sinceramente,
Susanna.

Día 16
Hi Susanna,
No se da nunca la situación de que a un inquilino le sea devuelta la fianza antes de irse y dejar la habitación en buenas condiciones.
Un cordial saludo,
Liam

Día 17
Hi Liam,
Está bien, Liam
¿Te parece entonces encontrarnos (tu, mi marido, yo; y luego el nuevo arrendatario) en la mañana del martes día veinticinco?
Ahí te podemos enseñar nuestro dormitorio y si está todo en buenas condiciones, podrías devolvernos la fianza en efectivo (recuerda que partimos de ahí hacia el aeropuerto, sin tiempo de pasar por el banco). Firmaríamos el fin de nuestro acuerdo y te devolveríamos las llaves. Entonces podrías entregárselas a los nuevos inquilinos y firmar con ellos su contrato, pues estaría bastante fuera de cualquier normal regla que alguien, especialmente sin conocerte, entrara a vivir a tu propiedad sin tener en sus manos un contrato firmado que lo  protegiera frente a cualquier posible problema.
Nos vamos antes de lo previsto porque no quiero pasar el invierno en una habitación tan oscura y húmeda. En ese cuarto siento cierta alergia, puede que por lo "mojado" del suelo, o el viejo polvo adherido a las rugosidades de la pared, o al porexpan de las molduras, quién sabe, pero en todo caso, ese es mi problema.
También recuerda que estábamos desde el principio si luz en el pasillo (cambié la bombilla, pero el electricista tenía que venir, tu sabes), y por dos meses hemos estado sin fluorescente en el cocina, pero ya estábamos resignados ... . Si el electricista no aparecía para solucionar lo más importante, nadie vendría a arreglar la lavadora, o la luz en la nevera, o ... y empezamos a pensar que así funcionaba en Inglaterra y que era mejor regresar a nuestra casa, sin ninguna animosidad con respecto a ti.
Pero cuando me dijiste que tu siempre habías sido justo y que solo era mi cuestión haber seguido tus claras reglas, eso realmente me enfadó, porque mi primera regla es bastante diáfana.
Cuando hago un pago a través del banco, tengo la costumbre de especificar con claridad el concepto de lo que estoy pagando, pero cuando hice esto contigo la primera vez,  recibí en cuestión de segundos un email de tu parte pidiéndome no escribir nunca más: "mensual pago por la doble habitación alquilada en la primera planta de la casa sita en xxxxxx".
Antes ni me preguntaba; ponía la secreta referencia que tu me indicaste y listo (sí que pensé que de mi manera tu contable podría haberlo entendido incluso mejor; pero a mi qué más me daba, si ese era tu sistema).
Ahora he empezado a consultar en las siguientes direcciones por si llegara a serme necesario clarificar algunos aspectos:
HM Revenue&Customs www.hmrc.gov.uk and
(Páginas de información estatal sobre declaración de renta, recaudación de impuestos, tasas, etc, etc.) 
Atentamente,
Susanna

Día18
Hi Susanna,
Estoy afuera esta semana.
No he tenido tiempo de leer todo tu email.
No puedo estar el martes por la mañana, pero, ¿qué te parecería el lunes, el día antes de que os vayais?

Dia 18
¡Bingo!
(Esto no se lo escribí; y lo demás transcurrió smooth* como el terciopelo azul)

*Smooth: Liso, fluido, tranquilo, llano, afable, sin arrugas, zalamero.

miércoles, 17 de julio de 2013

Alojamiento en Cambridge

Patrones filotácticos
Me presentaron al novio de mi ex directora del hostel un día en el pub, un norirlandés simpaticón, alto y pelirrojo, al que casualmente pregunté si sabía de alguien que tuviera habitaciones para alquilar. En ese momento se calló incluso de decirme que él era un landlord, pero a los dos días recibí una llamada suya.
Es un negocio frecuente en Cambridge comprar casas dejadas estar en los barrios menos favorecidos, arreglarlas un mínimo y ponerlas en alquiler por piezas. Si alguien cuenta con el monto de la entrada, una fuente de ingresos estable y algo para invertir en la "rehabilitación", el banco le concede la hipoteca, y entonces puede ir devolviendo lo prestado con lo que le cobra a sus inquilinos, ¡algo nunca visto en el planeta!, y a eso se dedica en parte el novio de la directora, que pasó a ser "mi" landlord, es decir, el propietario de la casa donde mi marido y yo alquilamos la habitación que me ofreció por teléfono.
No se vaya a creer que por estar algo alejados del centro o de la crème de la crème sean barrios feos, que va, en Cambridge todo es precioso, casas con jardín y explanadas verdes por doquier.
En unos más que en otros, en cualquier distrito se da el negocio de alquiler por habitación, y también habrá dueños que no necesiten recurrir al banco para tener alguna casa de sobra en la que aplicar el modelo; y luego están los que ponen en alquiler alguna habitación de su propia vivienda. 
Sucede además que todo cambia y se mezcla, y mi barrio, por ejemplo, quedó favorecido para los landlords cuando se ubicaron en la cercanía dos grandes parques albergando las sedes de empresas privadas, del campo de la ciencia y los negocios, llenándose de instruidos empleados a la búsqueda de  alojamiento a pocas pedaladas de su lugar de trabajo.
Y es cierto lo que me dijo en mis primeros días en Cambridge la amabilísima chica mejicana, a su vez ella landlady  "No te preocupe lo alejado que te parezca en el mapa el lugar que te hayan indicado, esta ciudad es como un pueblo, cualquier sitio queda cercano".
El barrio de Mill Road es otro típico con habitaciones a rentar en casas compartidas, casi el único con precios alcanzables a una distancia del centro que se puede hacer a pie; alcanzables dentro de lo carísimo, y en una caminata de entre cuarto y media hora. Por ello el más poblado por los extranjeros llegados de todos lados a buscarse la vida y por los estudiantes de la cercana Anglia Ruskin University. Con muchas casas construidas hacia finales del siglo diecinueve para la vieja clase obrera ferroviaria, alineadas en largas ringleras, aunque nunca dando sensación de agobio,  y una calle principal llena de pequeños comercios, cafés y restaurantes, regentado y atendido por gente de la más diversa cultura y procedencia.
Y es que Cambridge es un lugar de muchísima movilidad habitacional.
Encima están los que vienen por un tiempo a aprender el idioma.
Y ya ni quiero imaginar el vaivén que debe de darse adentro de la University of Cambridge en razón de alojamiento para tanto alumno, personal, personajes invitados y demás, porque ahí la universidad debe de ser dueña y señora de las chambres que ofrece, y por consiguiente, el tipo de landlord* y tenant* que aquí me ocupa, se quedan afuera.

*Landlord / landlady: Propietario/a, arrendador/a
*Tenant: Inquilino, arrendatario

lunes, 15 de julio de 2013

Fisiología de la seta

Churchill, Roosevelt y Stalin
en la Conferencia de Yalta
Las asociaciones de los humanos, llámese partidos, religiones, clubes, empresas o sectas, son como los hongos. Las hay en tal cantidad, que la variación está asegurada, manteniendo por supuesto esa esencia común, que por algo se los cataloga juntos a la hora de clasificar, y no se considera a un hongo una planta descolorida, ni a una asociación humana una cría de escorpiones en el lomo de su madre.
Es claro que unos hongos elevan la masa del pan que nos alimenta y otros se meten en el pie a hacernos rabiar de picor. Los hongos están tras  la confección de una buena cerveza, un Roquefort, o un Camembert, o directamente en la tierra en forma de boletus, para deleite de paladares, y sin embargo le pegas un bocado a según que seta y  tienes que correr al hospital a por un lavado de estómago que te salve la vida, si antes no has caído fulminado. Y así podría seguir, que se encuentran los que se usan en la fabricación del pegamento líquido, y los que acaban con la paciencia de los aficionados a la jardineria, etc, etc.  Y finalmente habría que nombrar a los que fuera de cualquier juicio de utilidad te transportan a un mundo nuevo caleidoscópico y multicolor.

Así que resumiendo diré:
Secta va, secta viene
A que nos tenemos que atener
Cómete un champiñón y quédate tranquilo
Que la seta va donde la secta duele

Entonces, estoy delirando
Por tanto, lo voy a dejar aquí
Con unas palabras de Winston Churchill

Ya le hizo notar el primer ministro británico en la Cámara de los Comunes a un recién llegado de su partido al parlamento británico. "No se equivoque, joven, los de enfrente son nuestros adversarios, los enemigos los tenemos sentados de este lado, en nuestras propias filas"; confirmándose así mi teoría de que te metas donde te metas, si te metes en un grupo vas a tener que vivir las consecuencias por todos los costados.

viernes, 12 de julio de 2013

Acérrima adepta de la secta del hostel

Churchill, Roosevelt y Stalin
en la Conferencia de Yalta
Las asociaciones de los humanos, llámese partidos, religiones, clubes, empresas o sectas, son como los hongos. Las hay en tal cantidad, que la variación está asegurada, manteniendo por supuesto esa esencia común, que por algo se los cataloga juntos a la hora de clasificar, y no se considera a un hongo una planta descolorida, ni a una asociación humana una cría de escorpiones en el lomo de su madre.
Es claro que unos hongos elevan la masa del pan que nos alimenta y otros se meten en el pie a hacernos rabiar de picor. Los hongos están tras  la confección de una buena cerveza, un Roquefort, o un Camembert, o directamente en la tierra en forma de boletus, para deleite de paladares, y sin embargo le pegas un bocado a según que seta y  tienes que correr al hospital a por un lavado de estómago que te salve la vida, si antes no has caído fulminado. Y así podría seguir, que se encuentran los que se usan en la fabricación del pegamento líquido, y los que acaban con la paciencia de los aficionados a la jardineria, etc, etc.  Y finalmente habría que nombrar a los que fuera de cualquier juicio de utilidad te transportan a un mundo nuevo caleidoscópico y multicolor.

Así que resumiendo diré:
Secta va, secta viene
A que nos tenemos que atener
Cómete un champiñón y quédate tranquilo
Que la seta va donde la secta duele

Entonces, estoy delirando
Por tanto, lo voy a dejar aquí
Con unas palabras de Winston Churchill

Ya le hizo notar el primer ministro británico en la Cámara de los Comunes a un recién llegado de su partido al parlamento británico. "No se equivoque, joven, los de enfrente son nuestros adversarios, los enemigos los tenemos sentados de este lado, en nuestras propias filas"; confirmándose así mi teoría de que te metas donde te metas, si te metes en un grupo vas a tener que vivir las consecuencias por todos los costados.

miércoles, 10 de julio de 2013

Caseta de la playa

La partida de naipes - B.K.Balthus
Mi primo cura de la orden de los Legionarios de Cristo Rey dejó de comunicarse conmigo. Para cerciorarme de que era a propósito, le mandé unas líneas en marzo, felicitándolo por el nuevo Papa Francisco, pero igual seguí sin respuesta.
Pensando que pasó, fui a rescatar del archivo el último mensaje largo que le había enviado para discernir en qué parte le hubiera podido resultar definitivo.
Esto es:
Querido Pablo, ¡cuanto tiempo!. ¿Habéis realizado el viaje a Tierra Santa?. Me gustaría saber cómo estás con lo de la infección, si ya pasó o te encontraron la causa.
Mira Pablo por supuesto que sé de Jesucristo, recibí una educación católica y mi madre con su ejemplo nos transmitió sus valores, pero si algo tengo que agradecer a mis padres sobre todo, es la libertad que me brindaron de elegir mi camino sin presionarme en absoluto. 
Ahora te comento, de las cosas del mundo lo que más me interesa es la forma. Me fijo en el cómo se dice o se hace algo. En el arte lo mismo, incluso me molesta cuando pretende llevar mensaje. Así que tanto puedo encontrar pésima una película dónde triunfa el amor más puro, como buenísima una repleta de violencia,  vampiros, o lo que quieras imaginar de malo. Todo depende de su confección. Si hay algo que me disgusta es lo que suena a falso.
Mi vida en Cambridge sigue lo mismo, trabajando y a la espera de que mi marido se haga famoso alguna vez con sus libros para poder dejar esto y venir a darme una vuelta por América, así te visitamos. Digo esto en broma, pero algo lleva de cierto.
Bueno Pablo, no tardes tanto como yo en contestar, ¿de acuerdo?.
         Un beso de tu prima, Susanna.

Me parece un texto a la medida, aunque igual pensó que yo era una renegada sin posibilidad de enmienda. Craso error de interpretación, pues a mi Jesucristo me parece, que si a la gente le ayuda, es perfecto. 
Y en cuanto a lo otro, la Biblia está llena de belleza literaria, cuajada de incestos, asesinatos y demás maravillas del arte depravado y hasta un conato de parricidio alentado por mandato del propio Dios, así que no debería descartarme por eso.
Lo que yo pensé es que, si iba a mantener una conversación con él, no iba a pasarme el resto de la vida hablando exactamente con sus propias palabras y tratando de evadir lo que a cada carta me preguntaba.
Una vez le pregunté yo si conocía al cantante Van Morrison y si a los sacerdotes de su congregación les interesaba a alguno la música, la literatura o el cine sin más, es decir, como gusto en sí mismo, y le coloqué el estribillo que estaba escuchando cuando, por esas asociaciones misteriosas que se dan, me acordé de él.
Everyday, everyday, it's hustle
hustle time, hustle time
Everyday and every way
one more, one more mountain to climb
Cada día, cada día es un bullicio
tiempo de prisas, tiempo de ajetreo
Cada día y de todas las maneras
una y otra montaña más que escalar
Me dijo que no conocía a Van Morrison pero que parecía que tenía valores profundos, que claro que les interesaban las artes y el tenía interés por todo lo humano y era un gran apasionado de la belleza, en sus múltiples facetas, y predicaba mucho acerca de ella.
Lo habrá pasado mal mi primo (que en realidad es el primo de mi madre pero de mi edad).
En febrero de 2009 La Legión de Cristo anunció que la congregación tenía conocimiento de que su fundador Marcial Maciel había procreado varios hijos siendo sacerdote. En marzo de 2010 la Legión de Cristo se desvinculó de su guía y referente moral hasta entonces. Marcial Maciel enfrentó hasta su muerte acusaciones por abuso sexual a varios niños y seminaristas, incluyendo sus propios hijos.
Los hombres de su orden anunciaron:
"Queremos pedir perdón a todas aquellas personas que lo acusaron en el pasado y a quienes no se dio crédito o no se supo escuchar pues en su momento no podíamos imaginarnos estos comportamientos..."
Estaría incluida la firma de mi primo en el manifiesto, si lo firmaron entre varios, pues el se encontraba y permanece en primera línea de la orden.
Pensé que haber pasado por tamaño terremoto lo acercaría más a la esencia, es decir, al crío que fue, mi amigo, el que me abandonó para irse en barca a pescar con amigotes, siempre a la distancia, en lugar de crecer junto a mi en la pandilla, de los niños y niñas que habíamos soltado la pelota y  empezábamos a jugar a ser mayores.
Me pregunto si se acordará con cariño de nuestras actividades eróticas; porque si se ha olvidado o pretende olvidar, entonces si que es él el que no tiene remedio.
Teníamos un juego en la oscuridad del salón. Sentados algunos de sus familiares viendo la tele, aprovechábamos el peligro de la presencia de su severo padre concentrado en la luminosidad del cuadrado en tonos oscilantes entre el blanco y negro para dar cada uno a su turno una vuelta alrededor de la larga mesa y regresar a nuestro rincón escondido y repetir el mismo circular movimiento, ahora con la mano por el trasero bajado de braga o calzoncillo del que había quedado a la espera. Suavecito, suavecito que teníamos el culito. Ahí el padre no se enteraba, pero bien que pego un grito de espanto el día que nos vio salir a los dos a la vez tan campantes de la caseta cambiador de la playa.

domingo, 7 de julio de 2013

En la fecha de hoy llegué a Inglaterra, hace tres años


Debería acabar con esto y dedicarme cien por cien al aprendizaje y práctica del retoque fotográfico, que sería lo propio, en términos de progreso dentro de una vida entendible para una mujer sensata como yo represento.
Porque esto chupa energía, no se vaya a creer que sale en un periquete,  lo que pasa es que por otro lado me la devuelve en términos de cordura y bienestar, lo mismo que el deporte, ambos con resultados tan naturales que aparecen como invisibles, así que estoy sin coartada para justificar ante el mundo mi inoperancia; a menos que me transformara de repente en una campeona.

Siguiendo con la vida de a pie, diré que fuimos a Madrid,  ida y vuelta con un día de permanencia allá; era muy necesario. Estuvimos con nuestros hijos y nietos. Recogimos a Simón, recién llegado de la República Dominicana, y cargamos en el coche un equipo de iluminación y un ordenador Macintosh de 32 pulgadas de segunda mano que Daniel, el hijo de mi marido, también llegado también del Caribe, consiguió de una amiga suya diseñadora, para tenerlo en casa y poder pasarme algún trabajo si lo hago bien.
De momento ahí lo tengo,  imponente, hermoso, ocupando el espacio de mi reducida mesa en el salón; y a la espera.
Con tantos días tontos como estoy teniendo, el pobre tiene que aguantarse desenchufado.
Ayer, en un mínimo rato productivo, lo conecté al Wifi de la casa, y me quedé palpándolo, con los dedos y hasta con la mirada. Dios mío, que sensualidad. El ratón parecía más bien un burrito* o un corderito, de esos de la memoria, tan suaves y agradables al tacto.  
Aparte de su aspecto externo y del luminoso verde del salvapantallas con que me recibió, todavía es un desconocido para mi. Pero vaya, tengo para muestra el teléfono, y los auriculares que también mi hermano me regaló, que me están proporcionando una calidad de sonido tal, que cuando ladra un perro en mitad de la historia que estoy escuchando, me giro en la calle para saber si es uno que está saludando al mio o es parte de la ambientación que me llega a través del oído. 
Y es que la naturaleza llega a unos puntos pasmosos de desarrollo.

La noche pasada, estando en la cama con mi marido con los ojos cerrado, le comenté acerca de la música que estábamos teniendo de fondo, lo extraordinario de la naturaleza para llegar desde los primordiales sonidos armónicos ... a través del cuero estirado o la madera trabajada ... de las voces o los cuerpos ... de la electrónica o los estudios de grabación ... hasta esa complejidad que nos estaba entrando por los oídos.
El me miró y dijo, entre sorprendido, que el siempre pensó que la naturaleza era todo, desde la brizna de hierba, a la torre de acero, o al robot, y que quizá en esa percepción era que se resolvía el misterio de porqué se fue a parar conmigo, porqué estábamos juntos y no él con alguna de las otras estimables mujeres que había conocido en su vida.
-Si claro, con el plantel de estupendas que tuviste, cómo te fuiste a meter con una jovenzuela granujienta, pacata, coja, inexperta, de diente roto ...
-Ya empiezas a delirar ... mejor apagemos la luz.

*Platero, de "Platero y yo", narrativa lírica de Juan Ramón Jimenez
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas celestes, rosas y gualdas ... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mi con su trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal ...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel ...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña ...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra ... Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo ...
- Tien' acero
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

viernes, 5 de julio de 2013

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Acrílico de Susanna Morell
También es cierto que la tecnología puede ponerte a veces de los nervios, si algo falla y la solución tarda. Yo acabo de perder tres días batallando por arreglar un problema de conexión entre el móvil y el ordenador, y al final he tenido que recurrir a un técnico.
Hoy de nuevo he tenido una jornada productiva. Con las rebajas comenzadas, he salido ansiosa a la mañana temprano, y después de dar vueltas y vueltas de tienda en tienda como un ventilador que no diera aire, he regresado a casa a las tres de la tarde sin una sola adquisición.
Luego le he comentado a mi marido la lástima por lo gastado en el parquímetro, y casi me echa la bronca, porque no le gusta que me ponga tan cutre con el dinero.
Por lo habitual no abordamos entre la pareja el tema de nuestra economía, porque ahí nos meteríamos por terrenos cenagosos y es mejor dejar que esta resuelva por sí misma.
En lo menos comprometido, el piensa que yo nunca llegaría a ser una alegre gastadora como le gustaría; a mi me agradaría gastar cuanto me diera la gana en lo que quisiera, y me fastidia pensar que en sus sueños el me amara mejor siendo yo una rica mantenida suya dedicada sobre mis  tacones de estilete a disfrutar de las posibilidades.
El cree que yo estoy siempre preocupada por el dinero y le tengo que convencer de que no es así.
- Deberías relajarte, vivir en el presente, que es el único tiempo que existe, me dice.
- Pues si miraras dentro de mis circunvalaciones cerebrales, verías que el tema me ocupa menos de lo que parece ... y el tiempo es todo una ilusión.
- Lo que hay en el fondo de cada cual es un misterio, en eso estamos de acuerdo ... pero si he de basarme en algo ... será por lo que entra en mis sentidos. Vamos a ver ... dime que pensarías de un tipo que anduviera diciendo cosas como estas:
(y poniendo voz profunda)
"Me gusta ir al supermercado para verle los melones asomando por encima del botón a punto de explotar a la cajera de la última caja, y comprarme unas bananas que ya sabes tú a quien quisiera metérselas por algún agujerito para ver cómo se retorcía de placer al tiempo que le chupaba la fruta de la pasión a la otra de al lado"*
 ¿qué te parece que encontraría en su cerebro?.

*Preservando lo dicho por mi marido, me he inspirado para la anterior parrafada en un cuadernillo erótico-festivo que acompañaba al pequeño vibrador de bolsillo que venía de regalo por la compra de la revista de cotilleo "Corazón partido", que encontré tirada asomando tras el kiosco hoy mismo cuando andaba por la rambla en pos de la prenda que no encontré. 
Algo más fino se expresó mi marido, pero por ahí iba.