miércoles, 22 de junio de 2016

Vuelta a Lucas

Elefante y cocodrilo - S. Morell
Mi hijo mayor estuvo viviendo en Madrid mientras trabajaba llevándole los platós en alquiler a su hermano Daniel, y haciéndole labores de comercial como le hago yo ahora a mi "hijastro".  Entre focos y conocer del sector, allí comenzó Lucas su carrera de modelo, a la par que de fotógrafo por su cuenta, hasta que lo de posar y desfilar le fue tan bien, que decidió dedicarse en exclusiva. Afianzado en el oficio, Luego acudió al llamado del aire marino y al reclamo de una importante agencia en Barcelona. Fue cuando se instalaron, su novia y él, en la agradable vivienda con terraza y barbacoa que ya conté; con tal humedad entre las paredes que cuando el dueño les dijo necesitarla de vuelta para reconvertirla en vivero, a ellos les cuadró perfecto dejarla; al coincidir con movidas de cohabitación, mejor les venía renovar aires.

Cambiaron a una habitación alquilada en la vivienda de un matrimonio holandés gay, donde podían permanecer hasta el mes de junio, cuando comienzan a rentarla por día a modo de suite de hotel. A Lucas se le encendió la luz con el negocio. Buscaron entonces piso en Barcelona, elegido para el uso que querían darle, y allí se fueron a residir, en la idea de probar con uno y continuar con unos cuantos si les resultaba. Encontraron el apropiado en el barrio de la Barceloneta, al lado de la playa, precisamente por donde ahora mismo más se pasean los guardias municipales, indagando, preguntando a los vecinos por la afluencia en sus escaleras, pues la nueva alcaldesa está por erradicar el alojamiento turístico en viviendas particulares no registradas como lugar de albergue. Instalados en su nueva morada y puestos a darle los toques de glamour hotelero, enseguida se percataron de la imposibilidad; con lo cual decidieron simplemente realquilar las otras dos habitaciones. La alcaldesa prometió devolver Barcelona a los barceloneses, regenerar el moribundo tejido social, estrangulado por los intereses de ese parque temático en que se ha convertido la ciudad, según el creer de muchos. En su implementación, una de las medidas está siendo la de eliminar la plaga de visitantes incívicos, llegados desde allende las fronteras a vivir su fiesta mediterránea, disturbando la paz de la comunidad de habitantes fijos. Así mi hijo, joven emprendedor catalán, vio cortadas sus alas empresariales, en ese sentido; puesto que por haberse movido tras eso, fue que se le abrió la ocasión por otro lado.

Resulta que el piso que alquiló es propiedad de una firma inversora que se dedica a comprar pisos o inmuebles con potencial de mejora, para arreglarlos y ponerlos en el momento propicio de nuevo a la venta. Mientras estaban en los trámites congenió con los dos jóvenes socios israelíes que llevan esa pequeña sociedad, los cuales le comentaron que necesitarían en un futuro próximo a otra persona para incluir en su equipo, formado por unos cuantos. Se le aguzaron a Lucas los oídos y a la que tuvo ocasión se les ofreció. Buscaban a alguien a tiempo completo, así que Lucas tuvo que decidir, y optó por dejar en punto de descanso lo de modelo y probar esa oportunidad.

Ahora le encanta su ocupación allá y ha encontrado tan buen ambiente, que cuando los otros hablaron de tomar a otra persona, a mi hijo se le ocurrió que esta bien podría ser yo. Raro, verdad, ¡la madre!. Pero es que me temo Lucas piensa en facilitarme vía laboral, ahora que todavía debe de verme susceptible de contratar, para evitarse en el futuro lo que se le pueda venir encima si me quedo fuera del ring. 

Aware Project - Vol.2 - FIGHT - Mini film por Jon Gómez de la Peña
Lucas de modelo en acción, subido sobre moto de Simón; ver en Vimeo
El se lo comentó a ellos, y allá que me citaron para una entrevista. Lucas me llamó antes, por el miedo a que me presentara con pinta de ir a pasear al perro por el bosque. Tu mami te vas al Zara y te compras un traje, ¿eh?, me apremió. Sí, ahora corro, le contesté. Bueno vale, me devolvió la respuesta, ya se que cuando quieres consigues dar la imagen, así que, confío revuelvas en el armario y te presentes con el aspecto adecuado. Llegué a la hora establecida de un viernes pasado el mediodía y me recibieron los seis que había con indumentaria de pícnic urbano, mi hijo en bermudas y musculosa, la ayudante del arquitecto en mallas y top de gimnasio, comiendo en la terraza unas arepas venezolanas y pollo condimentado al estilo Tel Aviv, de refresco unos mojitos preparados por Lucas, abundantes en ramas de menta y bajos en alcohol, para poder seguir trabajando en la plena clarividencia. Será por ello que luego de convidarme y de haber tenido la reunión, se comunicó uno de ellos por teléfono días después, para decirme, de la manera más cortés y bien planteada, que tuvo buena conexión conmigo, el, que se guiaba por el sentir, y pensaban que perfectamente hubiera valido para el puesto, más existía un grave hándicap: ser la madre de mi hijo. Por ello lo habían sopesado detenidamente y decidido que no, pues Lucas había superado por muchísimo las expectativas que habían puesto en él cuando lo tomaron a prueba, que eran muy elevadas, dado que se les presentó fantástico. Se había dado con él una tan excelente relación, lo apreciaban tanto, no solo en lo laboral, sino como amigo que de verdad se les había metido en sus vidas, que no querían comprometer por nada eso; e introducir un factor como el mío, que por lo que fuere pudiere hacer variar, pues les daba mucho respeto.

Por las relaciones se obtienen en general las cosas, y por las mismas en este caso he ido, he vuelto y me quedado igual. Algo planchada cuando me dijo el hombre, hasta que se me pasó, porque me hacía ilusión y hubiese tomado con ganas lo de entrar en combate; irme a la ciudad, a la nueva experiencia y a la posibilidad de ganar más, eso último primordial. Aunque tuve indicios de que no saldría y hubiese supuesto una maratón que no se si mi cuerpo hubiese resistido, pues se prometían nueve horas de oficina y calle, más el tiempo de desplazamiento, conmutar de autobús a tren a metro o lo que fuere, el famoso commute de los anglosajones para el viaje de ida y vuela realizado diariamente de casa al trabajo, que en mi caso calculo en dos horas y media; pudiéndome olvidar del deporte de verdad, con Tai abandonado y a mal hacer mi presente tarea comercial que no quisiera dejar y todas las demás cosas que ahora me ocupan el día.

PD: Lucas sigue haciendo de modelo, cuando le salen trabajos puntuales donde lo eligen sin precisar de casting. Sería un desperdicio para las marcas que no lo hiciera. Hoy está precisamente en Mallorca.

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