miércoles, 26 de octubre de 2016

Espejismos

Uno cree lo que quiere creer. Ese fenómeno que observamos en los otros duele como herida  abierta cuando azota en nuestra ceguera despertando a su visión. Como muestra vale  la historia de   Bernat Boursicot, en la que se basó David Henry Hwang para escribir primero una obra de teatro, estrenada en 1988, y luego el guión de la película dirigida por David Cronenberg, M. Butterfly, en 1993.

La china, arañas, gusanos y mariposa -S.M.
Bernard Boursicot es un francés que tenía veinte años en 1964, cuando de contable en la embajada recién abierta de su país en Beijing conoció en un cóctel por Navidad en la residencia particular del segundo del embajador a otro hombre de veintiséis, el chino Shi Pei Pu, actor-cantor de ópera de Bejing, con dominio del idioma francés, invitado por dar clases de mandarín a la esposa anfitriona. Bernard, que había acudido acompañado de una bella señorita secretaria inglesa, se encontró pronto de intercambio de frases introductorias con Shi Pei Pu, el cual le había llamado la atención por ser el único presente de raza amarilla. 

Shi Pei Pu resultó para Bernard un excelente narrador y generador de atmósfera intensa entre cortinas de ambigüedad. Entre las historias le contó Shi Pei Pu el drama de ópera de una muchacha que toma la ropa de su hermano para camuflarse en el sexo de este y así poder acceder a los estudios para ella vetados. En la plaza del instituto académico le surge el amor con otro estudiante. Cuando es requerida de vuelta a su casa para una boda arreglada, ella le revela su identidad femenina al amado, asumiéndolo él con gozo, libre de la congoja por su extraña atracción hacia otro varón. Pero ya es tarde; ella no puede dejar de cumplir con los preceptos de la familia. Desesperado el amante comete suicidio, al que  antes de las nupcias corre su correspondido amor sobre la tumba a completar el suyo. En contemplación de ese tremendo acto, la entierran a ella junto a él y sus corazones unidos emprenden vuelo de mariposas entre los sauces que trenzan sus ramas sobre las losas de sus sepulturas -me recuerda al poeta Xu Zhimo-. A esta tragedia china con reminiscencias shakespearianas, o a la inversa, se la llamaba "la historia de la mariposa". 

A medida que fue avanzando la amistad,  Shi Pei Pu le confesó a Bernard Boursicot -le hizo creer mediante otra maravillosa historia- que en el fondo era mujer, disfrazada desde siempre del otro género, pues habiendo nacido luego de dos hermanas, esa fue la estrategia de la madre, en complicidad con el padre y la partera, para evitar una competidora, pues la abuela, que gobernaba el hogar, tenía dictaminado, si volvía a repetirse lo indeseado, que su hijo tomara una segunda esposa capaz de engendrar varón. De ahí derivaba su aspecto masculino externo y el secreto debía seguir bien guardado, pues en la nueva china de Mao, donde entre el hombre y la mujer no se hacía distinción, descubrirse esa práctica de acorde a un feudal sentido de los valores podía ser causa de pena mayor. Así se entregaba a su confianza al revelárselo. A partir de esa increíble confidencia se le despejó cualquier nubarrón que empañara a Bernard, ¡una mujer!, y se lanzó a afianzar hasta lo intimo la relación.

Bernard Boursicot apuntó en su diario que en sus años de internado en colegio católico había mantenido juegos sexuales adolescentes con otros de su género, sentía como desviados esos escarceos  descubridores y soñaba con encontrar a la mujer por la cual caer rendido de amor. 

Al año de conocerse, en 1965, Shi Pei Pu le comunicó a Bernard Boursicot que estaba embarazada, pero tuvieron que transcurrir otros cuantos de espera para que llegara por fin Bernard Boursicot a conocer a su hijo. Shi Pei Pu se lo presentó en noviembre de 1973. Un niño de siete años de edad, comprado por Shi, con rasgos mezcla de occidental. Bernard reconoció de inmediato el parecido. Shi le explicó que constaba su hijo en el registro como de cuatro años, pues lo había inscrito en fecha tardía para descuadrar la coincidencia en el tiempo y evitar así una doble sospecha por parte de los guardianes del estado comunista, de ser ella mujer tras su aspecto de hombre y la criatura el resultado del amor ilícito entre esa china nacional comunista y un extranjero. 

Bernard anheló en sus destinos alejados y durante los encuentros furtivos con su amada en Beijing, el conocer y ver crecer más de cerca a su hijo Shi Du Du, como así lo llamaron. Para Francia le puso el padre el nombre de Bertrand, más cercano a su lengua y tradición latina, a abuelos y a extensa familia de la Bretaña. Con el tiempo Bernard regresó a París, trabajó en otras embajadas o consulados por el mundo, se liberó, se emparejó felizmente con un hombre francés y perduró en soñar con sacar de China a Shi Du Du y a Shi Pei Pu, sin cesar en los trámites para conseguirlo. Llegaron por fin en 1982, Shi Du Du de dieciséis años entonces. Los dos fueron recibidos en París por Thierry Toulet, la pareja de Bernard, pues coincidió que este estaba viviendo en su empleo en Bélice, y los instalaron  a residir con ellos; hasta que Shi Pei Pu -ya ex amor- pudiese rehacer la vida por su cuenta. En este movimiento fue que el servicio secreto francés se percató de la conexión que bien podría estar ligada a la falta de algunos documentos clasificados en plazas como Mongolia, donde estuvo trabajando Bernard. Intensificaron las pesquisas y se los detuvo por espionaje. 

En efecto, Shi Pei Pu era un colaborador del régimen comunista, había escrito inclusive algún libreto para obra teatral de temática obrerista, acorde con el dictado que desembocaría en la Revolución Cultural de 1966-1976, pero un colaborador forzado, no más que cualquier otro peón de esa maquinaria engrasada que como trastabillaras en algo, no actuaras en concordancia al overol uniformado, o no denunciaras a tiempo el sospechoso contrarrevolucionario gesto del vecino te ibas directo al paredón, o a matarte de picapedrero en la tundra. En la práctica fue Bernard, con el miedo metido en los huesos de no volver a ver a su hijo, el que comenzó a declamar las bondades de Mao Zedong en concordancia a los eslóganes que inundaban, de encomio al laico dios fundador y líder indiscutible de la República Popular China.



Se los juzgó por separado en 1986. Recibieron seis años de cárcel cada uno. Pero solo cumplieron uno, pues ante la tontería de documentos que llegaron a filtrar, tipo suministros de alacena o pedidos de ciertas marcas de tabaco para el jefe de la diplomacia en remoto destino, pues el presidente de Francia François Mitterrand, para aplacar en 1987 las tensiones entre China y Francia, los dejó ir.



Sufrió Bernard tal conmoción al descubrir lo que solo pudo admitir frente a la prueba fotográfica irrefutable del desnudo integral de su ex pareja, con la consecuencia del hijo que no sería; se habrá sentido tan abatido al saltar a la prensa el asunto y verse materia de mofa pública nacional -lo apodaron "El caso del Mata Hari chino", que intentó suicidio en la cárcel aplicándose una cuchilla de afeitar a la garganta.


Para escribir la obra de teatro M. Butterfly, inspirada en el anterior suceso, el autor californiano David Henry Hwang, habrá tomado elementos de la Ópera del italiano Giacomo Puccini, Madama Butterfly (1904), que a su vez tenía basado el libreto en una historia corta del abogado y escritor norteamericano John Luther Long, Madame Butterfly (1898), quién a su vez se inspiró en una novela del oficial de la marina francesa y escritor Pierre Loti, Madame Chrysanthême (1887). Todos nos nutrimos de alguna parte.

En la película M. Butterfly del director canadiense  David Cronenberg, el francés René Gallimard -interpretado por el británico Jeremy Irons- es un diplomático en Bejing, con rubia esposa acompañándole en el destino asiático, donde queda fascinado por una actriz cantante de Ópera China, Song Liling, de evidentes rasgos masculinos -interpretada por el norteamericano nacido en Hong Kong, John Lone- ocultos a los ojos del francés, hipnotizado por esa exquisita enigmática mujer dentro y fuera de la escena. Ella sí una auténtica espía china, a la cual el diplomático busca entre el laberinto de callejuelas del Bejing aparte del espectáculo, hasta encontrarla y vivir el romance que desemboca en el hijo que ella le presenta, este un bebé de arrullo. Descubierto el ardid, luego de hacerse a la idea René Gallimard del sexo auténtico de su amada, ante la posibilidad que le ofrece Song Liling, atraído a su vez por el occidental, de continuar en el idilio sin la red de seducción femenina tejida para seducirlo, René es incapaz de aceptar. El se había enamorado de una  recreación de mujer fabricada por un hombre, no del hombre en si. 

Aunque variaban bastantes elementos Bernard Boursicot reconoció en el film de Cronenberg el clima de ilusión que hacía a su caso y aludiendo a ello dijo: "Cuando lo creí fue una bonita historia".


En París dejaron de verse. Poco antes de morir Shi Pei Pu en 2009, le hizo saber a Bernard Bousicot que lo amaba todavía. Shi Pei Pu sería un coqueto que jugaba a retener a los otros en el encanto oculto. Dijo de sí mismo: Yo solía fascinar a hombres y mujeres. Lo que yo fuera o lo que ellos fueran no importaba". Se quedaría prendado de Bernard, o de su propia habilidad para el enmascaramiento. En Francia volvió a trabajar en el teatro.


Notificado Bernard Boursicot, en el hogar de ancianos donde vivía, de la muerte de Shi Pei Pu, dijo de él con cansancio: "Maniobró tanto en mi contra sin ninguna piedad, que me parecería estúpido seguir el juego y decir que estoy triste. El plato está limpio ahora. Soy libre". 


Atrapa el reportaje "La verdadera historia de M. Butterfly; el espía que se enamoró de una sombra", por Joyce Judith Wadler, escritora, humorista, y periodista reportera del New York Times, publicado el 15 de agosto de 1993, cuando Bernard Bournicot le concedió acceso a preguntar y al material para hacerse de primera mano una composición. La cual logró espléndidamente. Allí puede completarse lo que dejo en el aire, acerca del hijo, por ejemplo, qué pasó con él, o a cerca de cómo se las arregló Shi Pei Pu con sus órganos externos masculinos para hacerlos parecer en la penumbra y llegar a funcionar como labios y conducto vaginal.

¡Veintiun años sin que Bernard Bournicot llegara tan siquiera a sospechar!.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Robótica arácnida de los cojones

Acrílico y photoshop - S.M.
Acabo de caer en algo patético. Luego de tener la ilusión continuada desde hace cuatro meses de que alguien me estaba mirando desde los Estados Unidos, de golpe, en el espacio de media hora, he descubierto lo que puede ser. Un crawler o spaider, una araña web, un programa informático que se mete en los lugares cibernéticos y actuando según patrón de búsqueda humana analiza de forma metódica los algoritmos para indexar la información de las páginas y sus conexiones y enviarla a la base de datos del motor de búsqueda que lo ha puesto en marcha para facilitar clasificar y jerarquizar la información y así ofrecérsela a los usuarios. Toma ya. Es decir, que no es una persona la que está detrás, sino un puto robot de los de ahora, uno automático, sin un mínimo de comprensión emocional. O peor. Hay otros bots -aféresis de robots- que son spam, como el correo no deseado, es decir, tráfico basura, con unos estrambóticos nombres de referencia que mutan con facilidad, igual que el país de su procedencia.

La otra rematadora información de la que me he enterado en esta abrupta caída en cuenta es que si en un principio ese tráfico basura provenía mayormente de Rusia, ¡Rusia!, o alguna de sus ex provincias de cuando la Unión Soviética, ahora se ha convertido en una avalancha procedente de los Estados Unidos, seguido de Alemania, Bosnia, Corea del Sur o cualquier otro lugar insólito para un blog de escritura en español.

Empecé a sospechar al ver que no dormía quien fuera que estuviese detrás, ¿cómo era posible que no descansara mi querido lector americano?, ¿sufriría de insomnio?, ¿no le bastaba el día subyugado por mis textos que aprovechaba los intermedios de su duermevela nocturna para seguir con ellos?. Antes del descalabro presumí con vehemencia que se trataría de alguien del mundillo del cine, pues ningún alma ajena al interés artístico-empresarial que nos sería común se detendría a mirar con asiduidad lo que ninguna otra miraría, máxime sin librar comentario en la casilla ex profeso para entablar diálogo bajo cada post. Obvio es que ningún alma se queda leyendo los textos de otra, sin conocerla o sin previa propaganda que le hayan hecho, solo por haber dado al azar con ellos en su navegación en línea; ninguna alma de la masa haría eso, por más que se detuviera atraído por unas líneas. De ahí deduje que tendría que tratarse de alguien fuera del grueso de la gente, llamado a picar en el blog por mi propio llamado, por el resultado a la larga de las largas cañas que había tirado. ¿ Se puede creer eso?, ¿se puede creer que alguien confíe su futuro en algo así?, ¿cómo podría explicar?.

Las visitas causantes de mis crecientes curvas en la estadística usaban el sistema operativo Linux. Nutría mi imaginación el leer que suelen usar Linux las organizaciones que necesitan proteger al máximo sus datos, tal la bolsa de valores de Nueva York o Londres, el acelerador de partículas del Cern en Suiza, la flota de submarinos nucleares de la Marina Estadounidense o el tren bala japonés. Ahora ya me he enterado también: Linux es el sistema idóneo para esa robótica arácnida de los cojones. Sin ir más lejos Google la utiliza con los suyos, según parece. 

sábado, 15 de octubre de 2016

El legado de Serena



Selena Quintanilla no creía en el destino, creía en el esfuerzo y la dedicación para conseguir lo que se pretende, pero este se le interpuso y se la llevó a la edad de veintitres, cuando había conquistado con su arte a su Texas natal, del otro lado de la frontera al público mejicano y en general al latino de América; cuando estaba en la grabación de su primer álbum en inglés, en la inmediatez de abrírsele tal cual la flor de su canción sin manchitarse toda una carrera de grandes éxitos musicales en esa lengua. Su don lo prometía, seguir abriendo espacio para los latinos, si no mediaban otras circunstancias que desviaran o  ella virara con sus anhelos hacia otras consecuciones. Podría replicárseme que fue Yolanda Saldivar, con el disparo intencionado de su revólver calibre 38, quien acabó con Selena, pero bien hubiera podido suceder que le alcanzara la bala unos milímetros más arriba, obviando la arteria por la que se desangró, o que al llegar al corredor fuera de la habitación, de la cual se apresuraba a salir cuando recibió a bocajarro el impacto por la espalda, encontrara a quién la socorriera y diera pronto aviso para que llegara la ambulancia, sin tener que correr malherida por los largos jardines hasta alcanzar la recepción del motel, empeorando su escasa posibilidad de sobrevivir, un ángel que propiciara parar a tiempo la hemorragia, pero sucedió de la otra manera, de la fatal. El proyectil impactó en el preciso lugar para una muerte inminente y de  no  haber huido,  es  probable  que su  pretendida  amiga  la hubiese  rematado con otro disparo. Así que estaría sentenciada, no ella en especial, pero sí su forma a completarse  de ese modo tan abrupto.                                                                    

Traigo aquí  a Selena ante la noticia de haberse agotado solo salir a la venta una edición especial de kit de maquillaje lanzado por la firma de cosméticos canadiense Mac, inspirado en los tonos de barras de labios, sobras de ojos y colorete que usara la cantante, ayudado a confeccionar y presentado por su hermana Suzzete y su viudo Chris Pérez en Corpus Christi, su ciudad de Texas, con admiradoras que ni siquiera habían nacido cuando ella falleció haciendo  fila  en  las  secciones de  perfumería, en  una locura   por

adquirirlo las primeras, denotando lo presente que sigue luego de veintiún años.


Los bustiers que usaba en sus actuaciones se los debía a Madonna. Selena supo con certeza a la que creció como quería mostrarse en escena y se los confeccionaba su mamá al principio, con aplique de lentejuelas, y el papá escandalizado por ver a su salir en sujetador. El fue el artífice de Selena y los Dinos -al comienzo Los Dinos con Selena-, conjunto musical compuesto por sus hijos, a los que entrenó desde chiquitos, en un intento de pasarles el hobby que le había fallado a él de joven como carrera con el conjunto que tenía formado; una práctica diaria de veinte minutos, nada terrible, bien alejado de la exigencia del padre de Michael Jackson, según Selena en interviu, con el señor Quintanilla entre la audiencia del plató. Devino el grupo, eso sí, desde los diez años de la niña cantante, en el modo de ganarse el sustento la familia. Con lo cual puede decirse ciertamente que el padre influyó en que tomara ese oficio para la manutención, como así lo consideraba ella, pues Selena tenía el sueño de ser diseñadora de moda. ¡Hay que ver!; media humanidad de niñas fabricándose micrófonos de mentirijillas para practicar su subida al escenario en el futuro y ella, que lo tenía de los que sonaban de verdad, fantaseando entre bambalinas con idear vestidos. ¡Cómo somos!; aunque se miraba en Jon Secada o Gloria Estefan, estrellas de la canción que habían conseguido abrir lugar para los latinos en la industria musical estadounidense, y dudo que se mirara lo mismo de profundo en  Óscar de la Renta o Carolina Herrera, por decir de modistos, cuando ya se había iniciado con boutique y línea de ropa de su propia creación.  ¡Madonna sería la que la inspiraría por ambos costados!.

A los dos años de su muerte se estrenó la película biográfica que pretendía por parte de la familia Quintanilla un homenaje a la figura artística de su hija, sin poner hincapié en el drama final. Comienza el biopic en la fecha del 26 de febrero de 1995, en el gran concierto en el Astrodome en la ciudad de Houston, Texas, ante un lleno de sesenta y siete mil enfervorizados seguidores, su última actuación. Ante la convocatoria para hacer de extras en las escenas de la filmación en el estadio abovedado de San Antonio que representaba el de Houston, afluyeron treinta y cinco mil personas. A la llamada de casting abierto para buscar a quién interpretara a la Selena menor de edad acudieron más de veinte mil niñas.

Una principiante Jennifer López, actriz y bailarina, fue tomada para dar vida a la Selena adulta. Creó cierta polémica que se eligiera a una neoyorquina de origen puertoriqueño, en lugar de una tejana de origen mexicano como ella, pero Jennifer dio una talla enorme para representarla y ahí se terminó la controversia. El papel de Serena inspiró a Jennifer para iniciarse en su propia trayectoria como cantante. Así que la línea sigue viva.

Referido al pajarito de la entrada anterior, hoy mi marido ha puesto en su Facebook la foto con su explicación del rescate ocurrido la semana pasada, bastante coincidente con la mía por cierto, y recibió una inusitada cantidad de comentarios y "me gusta" nada más colocarlo. Lo han felicitado por nuestro cuidado y porque volviera a la vida. Es de la especie protegida Reyezuelo Alistado, o Bruel en catalán, ave de las más diminutas de la avifauna europea.

lunes, 3 de octubre de 2016

Apto para novela

Nuestros perritos de raza Gos d'Atura 
Hoy ha impactado un pajarito contra la cristalera. Ha escuchado mi marido un !crash! junto a su lugar de trabajo y al poco lo ha descubierto en el suelo de afuera. Entonces me ha llamado para socorrerlo. Inerte un polluelo, pero al cogerlo se ha visto que era por la conmoción del momento. Aunque todavía seguía quieto, ha reaccionado entre las manos de mi marido. Tenía una pata encogida, con los deditos que no se le desenganchaban de entre el plumaje del pecho; parecía dañada. Mi marido me ha pedido una caja y paja o algo suavecito para el fondo. Yo le he dicho que "vale", pero que se pusiera él también a ver de hacerle, para que no quede como que siempre me adelanto a resolver, ¡paja!, cortando alas. Teniendo al pajarito en la palma ha cogido mi marido su papelera -de enrejado como de jaula- y al tratar de depositarlo en su interior se le ha soltado, aleteando hasta posarse en el borde, con las garritas bien sujetas a la varilla que remata. Ahí se ha quedado, tan recuperado e inmóvil que hasta me ha dado tiempo de ir a por el teléfono y sacarle foto, antes de que en feliz rapto emprendiera vuelo y se perdiera de nuestra vista hacia las alturas de los desmadradísimos cipreses del seto en el tendedero.

Animalitos de Dios.

Mi marido está considerando hacerse vegano, por lo terrible del sufrimiento animal. aunque tras un periodo de hortalizas con cereales se muere por un buen pedazo de carne. Quizá lo consiga. Por el momento, luego de la última tirada con mayor cantidad de lo que debería asumir como total, corrió a comprar un pollo y me rogó que se lo cocinara en salsa. Ya bien disfrutado de la proteína, estaba separando mi marido en el plato la piel y partes cartilaginosas para dárselas de golosina a Tai, cuando empezó nuestra charla  de mesa.

-¿Tu crees que esto le haría mal? -me preguntó señalando con el cuchillo una fracción de carcasa.

-Puedes dárselo con tranquilidad, lo come a diario,  yo lo único que le separo son los huesos grandes que puedan astillarse; estos pequeños creo que los mastica bien.... y los perritos... era lo que comprábamos para cocinarles....

-.... los cuellos de la pollería...

-...sí...

- .... los pollos del super vienen sin cuello.....¿verdad?...

-...sin cuello y sin lo de adentro..... "eviscerado" dice en la etiqueta.... listos para no complicarse.... la gente no quiere ahora complicación.... lo meten en el horno y ya está....o lo parten para guisar... los que tienen que andar mirando precios.... pues sale más económico entero....

-..... ¿ entonces ya nadie los consume, los cuellos?....

-... hombre todavía queda....si se compra el pollo en una pollería de mercado.... entonces te lo arreglan como desees y te preguntan si te ponen o no para llevar el higadillo... el estómago...el cuello para el caldo.... incluso las patas... que ya pocos cogen... por lo latoso de pelarlas...

-...¿las patas se pelan?...

-...sí... y no se si contribuyen al buen gusto... en la pollería te cortan las uñas si las quieres llevar... pero luego en casa hay que socarrarlas a la flama del gas... dedo por dedo.... para que se puedan pelar bien ..... ahora con la vitrocerámica.... 

- Tai es un rey en comparación ....

-... y un sibarita... madre mía... antes tiene que olerlo.... catarlo...

-Los perritos se abalanzaban... ¿recuerdas?....sobre el arroz con cuellos.... 

-....de ahí vendrían .... de los que se llevarían el pollo sin los despojos...

-... eran bolsas enteras de cuellos...

-... doble negocio para la pollería sería... nos venderían a nosotros lo que ya habían cobrado a otros... ahora que lo pienso....pues pesan el pollo entero... antes de vaciarlo... 

-....claro.... no te los iban a regalar...

-...por supuesto.... no lo esperaría..... mira si iban a ser tan tontos... a parte tienen que almacenarlos, sacarlos, manipularlos.... ya es un buen trabajo... y puede que los compraran a sus proveedores ¡eh!.... que no todos vinieran de sus otros clientes.... 

-En las casas se hace bastante caldo en invierno.... ¿cierto?..... aunque se puede hacer con los cuartos solos... sin la piel.... para que esté menos graso.... y otras carnes... con el chorizo.... la morcilla aparte....este próximo invierno quiero repetir el puchero como hice otras veces... ¿a qué estaba rico?

-.... nunca me pregunté... en los mataderos deben de quedar bastantes cabezas... y las mandarán para pienso....  imagino...

-...sí.....tendrán unas maquinarias pulverizadoras de hueso...

- ..... pechuga seguro que no contiene.... la de cuellos sueltos que habrá .... de tanto pollo sin cabeza para el super.... uno se imagina que pollo en pollo en el pienso.... cuando lo pone en la composición....pero llevará todo menos la carne....puede que hasta le metan pluma.... a quién engañarían... hace al pollo también ¿verdad?....

-Qué conversaciones tenemos....... te fijas.... imagínate esta  conversación en una novela...

-......

-....podría ser.... perfectamente podría estar... bien contado... 

-.....