sábado, 15 de octubre de 2016

El legado de Serena



Selena Quintanilla no creía en el destino, creía en el esfuerzo y la dedicación para conseguir lo que se pretende, pero este se le interpuso y se la llevó a la edad de veintitres, cuando había conquistado con su arte a su Texas natal, del otro lado de la frontera al público mejicano y en general al latino de América; cuando estaba en la grabación de su primer álbum en inglés, en la inmediatez de abrírsele tal cual la flor de su canción sin manchitarse toda una carrera de grandes éxitos musicales en esa lengua. Su don lo prometía, seguir abriendo espacio para los latinos, si no mediaban otras circunstancias que desviaran o  ella virara con sus anhelos hacia otras consecuciones. Podría replicárseme que fue Yolanda Saldivar, con el disparo intencionado de su revólver calibre 38, quien acabó con Selena, pero bien hubiera podido suceder que le alcanzara la bala unos milímetros más arriba, obviando la arteria por la que se desangró, o que al llegar al corredor fuera de la habitación, de la cual se apresuraba a salir cuando recibió a bocajarro el impacto por la espalda, encontrara a quién la socorriera y diera pronto aviso para que llegara la ambulancia, sin tener que correr malherida por los largos jardines hasta alcanzar la recepción del motel, empeorando su escasa posibilidad de sobrevivir, un ángel que propiciara parar a tiempo la hemorragia, pero sucedió de la otra manera, de la fatal. El proyectil impactó en el preciso lugar para una muerte inminente y de  no  haber huido,  es  probable  que su  pretendida  amiga  la hubiese  rematado con otro disparo. Así que estaría sentenciada, no ella en especial, pero sí su forma a completarse  de ese modo tan abrupto.                                                                    

Traigo aquí  a Selena ante la noticia de haberse agotado solo salir a la venta una edición especial de kit de maquillaje lanzado por la firma de cosméticos canadiense Mac, inspirado en los tonos de barras de labios, sobras de ojos y colorete que usara la cantante, ayudado a confeccionar y presentado por su hermana Suzzete y su viudo Chris Pérez en Corpus Christi, su ciudad de Texas, con admiradoras que ni siquiera habían nacido cuando ella falleció haciendo  fila  en  las  secciones de  perfumería, en  una locura   por

adquirirlo las primeras, denotando lo presente que sigue luego de veintiún años.


Los bustiers que usaba en sus actuaciones se los debía a Madonna. Selena supo con certeza a la que creció como quería mostrarse en escena y se los confeccionaba su mamá al principio, con aplique de lentejuelas, y el papá escandalizado por ver a su salir en sujetador. El fue el artífice de Selena y los Dinos -al comienzo Los Dinos con Selena-, conjunto musical compuesto por sus hijos, a los que entrenó desde chiquitos, en un intento de pasarles el hobby que le había fallado a él de joven como carrera con el conjunto que tenía formado; una práctica diaria de veinte minutos, nada terrible, bien alejado de la exigencia del padre de Michael Jackson, según Selena en interviu, con el señor Quintanilla entre la audiencia del plató. Devino el grupo, eso sí, desde los diez años de la niña cantante, en el modo de ganarse el sustento la familia. Con lo cual puede decirse ciertamente que el padre influyó en que tomara ese oficio para la manutención, como así lo consideraba ella, pues Selena tenía el sueño de ser diseñadora de moda. ¡Hay que ver!; media humanidad de niñas fabricándose micrófonos de mentirijillas para practicar su subida al escenario en el futuro y ella, que lo tenía de los que sonaban de verdad, fantaseando entre bambalinas con idear vestidos. ¡Cómo somos!; aunque se miraba en Jon Secada o Gloria Estefan, estrellas de la canción que habían conseguido abrir lugar para los latinos en la industria musical estadounidense, y dudo que se mirara lo mismo de profundo en  Óscar de la Renta o Carolina Herrera, por decir de modistos, cuando ya se había iniciado con boutique y línea de ropa de su propia creación.  ¡Madonna sería la que la inspiraría por ambos costados!.

A los dos años de su muerte se estrenó la película biográfica que pretendía por parte de la familia Quintanilla un homenaje a la figura artística de su hija, sin poner hincapié en el drama final. Comienza el biopic en la fecha del 26 de febrero de 1995, en el gran concierto en el Astrodome en la ciudad de Houston, Texas, ante un lleno de sesenta y siete mil enfervorizados seguidores, su última actuación. Ante la convocatoria para hacer de extras en las escenas de la filmación en el estadio abovedado de San Antonio que representaba el de Houston, afluyeron treinta y cinco mil personas. A la llamada de casting abierto para buscar a quién interpretara a la Selena menor de edad acudieron más de veinte mil niñas.

Una principiante Jennifer López, actriz y bailarina, fue tomada para dar vida a la Selena adulta. Creó cierta polémica que se eligiera a una neoyorquina de origen puertoriqueño, en lugar de una tejana de origen mexicano como ella, pero Jennifer dio una talla enorme para representarla y ahí se terminó la controversia. El papel de Serena inspiró a Jennifer para iniciarse en su propia trayectoria como cantante. Así que la línea sigue viva.

Referido al pajarito de la entrada anterior, hoy mi marido ha puesto en su Facebook la foto con su explicación del rescate ocurrido la semana pasada, bastante coincidente con la mía por cierto, y recibió una inusitada cantidad de comentarios y "me gusta" nada más colocarlo. Lo han felicitado por nuestro cuidado y porque volviera a la vida. Es de la especie protegida Reyezuelo Alistado, o Bruel en catalán, ave de las más diminutas de la avifauna europea.

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