jueves, 20 de enero de 2011

Mis hijos y la economía


Cambridge Science Park - L.C.

A veces me da pena pensar que mis hijos se las tengan que arreglar solos para sacar su economía adelante, pero otras veces pienso que quizá esa circunstancia sea el motor de sus futuros éxitos empresariales, quién sabe.
Ellos tienen muy presente que no les dimos todos los caprichos y que el dinero de bolsillo les fue siempre escaso antes de empezar a ganarlo por ellos mismos. Algo de queja llevan sus comentarios, aunque luego amenacer con aplicar la misma disciplina a sus retoños. Espero que para cuando los tengan ya se les hayan quitado sus ínfulas de educadores.  
En todo caso ese factor ha creado impronta en sus vidas y contribuirá al forjamiento de sus propias mitologías personales.
Según lo que le cuentan a mi madre podría creerse que se mantuvieron solitos desde el día en que empezaron a caminar, y todo por no haber podido darse el gusto de entrar por su cuenta a un supermercado a comprarse con frecuencia snacks y refrescos.
Si lo llego a saber les doy cien euros al mes a cada uno y los borro del Kumon, del jockey, de la natación, de la vela, o de cuanta actividad hicieron, empezando por las que requería de un coche materno a disposición; de paso también los hubiera podido dejar sin fiestas de cumpleaños, sin Reyes, sin viajes, sin excursiones y sin visitas periódicas a la familia.
¡La de horas que se pasaron en la cama desde el mes de octubre hasta el mes de enero contándose en la oscuridad lo que iban a pedirle a los Reyes Magos! y eso duró hasta cuando de inocentes no tenían nada. Más práctico hubiese resultado que se durmieran de una vez, pero buscándole las ventajas a una economía ajustada, esas noches son una.

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