miércoles, 18 de enero de 2012

Dulces Fiestas

Antonio Machado
Pasaron mis vacaciones, la navidad, el fin de año, la madre y el hermano de Seweryn por la casa y mi temporada sobre la rama. Todo pasa y todo queda, como decía el poeta.

Principios de diciembre en España: Faisán a la vinagreta, caldereta de langosta. Familia reunida en ausencia de mis hijos y marido. Calamares rellenos, fideuà. Mesas muy puestas en honor de la que no iba a estar. Se me hacía extraño. En las fechas señaladas Lucas y Simón estarían   ahí sin sus padres. Lo disfruté y agradecí. En casa de mi hermano Pasqual, de mi hermano Mateu, de mi madre.
Veinticuatro de diciembre en Cambridge: Nochebuena polaca con sus doce platos típicos sin carne. Mesa larga, manteles bordados, vajilla nueva y excelente compañía, amigos todos de Monika y Seweryn.
Veinticinco de diciembre en Cambridge: Tradicional festín británico en casa de un cubano, José, amigo de mi marido y casado con Jenny, una inglesa que sabe cocinar muy bien. Tienen un bebé y estaba la madre de ella, ambas simpáticas y acogedoras. Pavo, verduras, salsas, mince pies y budín; coronas y acertijos surgiendo de cilindros dorados tras una leve explosión de pólvora.
Fin de año en el dormitorio: Solos, frente a nuestros ordenadores; obviamos las campanadas.

Dulces Fiestas regadas con buen vino y sin dejar de trabajar.

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