sábado, 7 de abril de 2012

Críos a gogó

Acebo
A la despedida de Terry vino su hija Holly, la muchacha con nombre de árbol de navidad que estuvo trabajando en la cocina del hostel en los tiempos de mi llegada. La chica permanecía en la fiesta con la cabeza gacha y los ojos enrojecidos. Supuse que estaría afectada por mal de amores, pero al arrimársele la madre empezó a ponerse más histérica.
Cuando Holly se fue a por una Coca-cola, Terry me explicó.
Resulta que a la muchacha le encanta el deporte, entonces se va al pub a seguir los partidos, y claro, allí se pide una cerveza, luego otra, otra y termina borracha perdida.
Así que lo que vimos fue a una rolliza bebé de veinticinco años tratando de conseguir de la madre permiso para mamar.
Le faltaría un embarazo a la muchacha, ahora que tiene un novio y edad de sobra.
En mi juventud, contaba Terry, te encontrabas en la discoteca con un chico que era padre e inmediatamente te dabas vuelta buscando para otro lado, ahora se ponen a bailar y cada uno le pregunta al otro cuantos críos tiene".

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