martes, 31 de julio de 2012

Despedida de Jessy y Sam

Natasha anunció en Facebook la fecha para la fiesta de despedida de Jessy y Sam,  lamentándose de que coincidiera con la llegada a Cambridge del grupo de Mister Kaufmann y deseando que dicha circunstancia no mermara la participación.
¿Sería dicho grupo una éxitosa banda musical?; ¿una reconocida troupe de teatro o circo  llegada a Cambridge para amenizar el verano?, ¿en cuál de los parques actuarían?, me preguntaba.
Lejos de mis elucubraciones Natasha se estaba refiriendo al grupo de alemanes que como cada año llegaría por dos semanas a ocupar el hostel entero en régimen de pensión completa.
Así que el problema era que en lugar de irnos a explayar a otro lado algunos tuviéramos que estar atendiendo al  familiar grupo de Mister Kaufmann.
Nos tocó a Chris, a James y a mi, que hacia la party nos fuimos al terminar, dado que esta quedaba a la vuelta de la esquina y no era cuestión de faltarles a Jessy y a Sam.
Había pensado en ir disfrazada de oveja, pero el tiempo se me echó encima sin resolver la cuestión, lo cual resultó mucho mejor, porque Wouter me compró de urgencia una falda y un collar de hawayana que luego a mi marido le encantó y que no tuve más que colocar sobre la ropa y listo, para esa fiesta.

Hay que ver lo que le gusta a la gente el jolgorio.
Wouter se vino expresamente para la despedida desde su hostel perdido en mitad de las colinas y los lagos, y lo mismo Aurélie cruzó el Canal de la Mancha en el Eurostar para llegar a Cambridge cargada de chocolates y cervezas belgas.
No solo por el jolgorio, en este hostel se da un fenómeno. La gente que pasa a trabajar por aquí, salvo la que desaparece a los cuatro días, entra en una sintonía "buenística" y amistosa resistente a ser perdida. Los que duran poco no es porque nos los merendemos o algo parecido, y tampoco se sabe si llegarían a ser  amables compinches, simplemente se van o los echan desde lo alto.
La directora le dijo a Jessy que iría pero a último momento se evadió. Ellas habían sido amigas en Oxfort, donde ambas trabajaban en el hostel de allá. De hecho Jessy se vino a Cambridge animada y tras los pasos de su ex jefa en recepción, cuando la compañía ascendió a esta última. Puede que ya lo hubiese contado, pero el caso es que luego la relación se enfrió hasta el punto de congelamiento, con lo cual Jessy y Sam emprendieron vuelo.
Sam es de Nueva Zelanda, risueño y buen tío, da buena imagen de su país, por allí van a pasar en su vuelta por el mundo, además de darse un recorrido por  Suiza, España, California, Islas Cook y Japón.
¡Buen viaje amigos!, ¡y que no os ahoguéis en la bañera!.

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