¡¡Necesitamos pop-music para el café!!¿Podéis traerme vuestros mejores CD's de música pop?¡Gracias!"
Así rezaba el nuevo cartelito colgado por la directora para la plantilla, previsible de su parte tras habernos dejado sin comida.
Lo sorprendente era la respuesta anónima escrita a bolígrafo debajo.
"No, pero Chris podría cantarnos los cien éxitos de Tom Jones cada noche después de la cena"
¡Oh!, alguno se había atrevido, pensé, ¿sería Sam?.
Pero que va.
Fue Dalila, me dijo Ian.
Vaya, que desilusión, lo tendría que haber supuesto, la subdirectora pelotera, con ella cualquier posible gracia o efecto quedaban echados por el desaguadero.
Fue Dalila, me dijo Ian.
Vaya, que desilusión, lo tendría que haber supuesto, la subdirectora pelotera, con ella cualquier posible gracia o efecto quedaban echados por el desaguadero.
Nadie se atreve a decir lo mínimo. En parte debe de ser por lo de las referencias; se necesitan buenas para acceder a otros puestos; las piden indefectiblemente en todos lados.
A propósito me entra una sospecha.
Quedé excluida en la cocina de cualquier función que no fuera el washing up por la época en que le pedí a Chris su número de teléfono para incluirlo en las solicitudes de empleo que estaba mandando a otros lados a fin de progresar en el mundo de la restauración británica.
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