lunes, 20 de mayo de 2013

Armas de mujer


Estaba atendiendo por la línea fija a un operador telefónico que me guiaba en los pasos de activar el recién contratado ADSL en una nueva compañía, cuando al colgar el auricular mi marido me dijo que le había resultado muy seductor el tono que empleé con el hombre al otro lado del cableado.
- ¿Seductor?.
- Sí, me recordó a nuestras primeras veces, ¿te acuerdas cuando me llamaste para decir que no podías venir a la reunión?.
- Pues entonces te hablé de lo más natural, como ahora con el tipo... pero bueno cariño, ya se sabe, con los desconocidos siempre es más incitante... mira, tengo una teoría... ¿porqué crees tu que las amas de casa se sienten a veces bajas de ánimo?.
-Otra vez con las amas de casa, ¿qué les pasa?.
-Pues ya te lo digo, se deprimen porque tienen escasas posibilidades de medir su poderío en el mundo. Su pareja no les vale como vara y cualquier bicho viviente necesita salir a por los de afuera para comprobar el efecto que causa.  
-Podrías escribirlo.
-¿Dónde quieres que lo escriba?...., pero mira... antes ellas al menos contaban con el butanero..... cuando este les subía las bombonas.... podían aprovechar, y lucirse un ratito... pero lo que es ahora... con gas natural en casi todas las viviendas, petróleo... o  incluso biomasa.... ya me dirás.

(Y siguiendo por mi cuenta)
Todas dicen sí, que sí, que quieren trabajar afuera para ganar dinero, o realizarse, y seguro que eso también cuenta, pero vaya, el gusto que le da a una mujer componerse cada mañana y salir a garbear por ahí, que la aprecien por sus encantos más allá de las puertas de su vivienda, por su donaire, por su simpatía, por su buen hacer, o incluso por su cara de pomelo ácido, si es que se trata de una persona poco diestra en el arte de comunicarse. Es decir, y esa es mi teoría, en el fondo la mujer, como cualquier ser evolucionado y no embrutecido, lo que más desea es gustar, adentro y fuera de su territorio más íntimo. 

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