viernes, 12 de noviembre de 2010

Mi marido y el blog

S.M.
Le he contado a mi marido que estoy escribiendo un blog, pero le he pedido que no lo mire; necesito saberme sola para poder expresarme.
Trato de no mostrarle la importancia que para mi tiene esto. Lo aligero diciéndole que mis pretensiones al montarlo son económicas.
Nunca en los treinta años que llevamos juntos me ha lanzado una imagen negativa sobre algún proyecto que yo haya tenido, sin embargo esta vez me ha dicho que no cree que pueda sacarme un sueldo contando mis batallitas por Internet. Se va a quedar sorprendido el día que lo consiga; un sueldo y mucho más.
No es que mi marido niegue mis posibilidades; él me dijo también que estaba seguro de que fuera lo que fuera lo que estuviese haciendo en la red sería algo inteligente.
Yo vierto en mi marido todos los lamentos con los que no agobio a los demás y no le cuento las locuras que bullen dentro de mi cabeza; vaya maravilla de mujer que tiene, menos mal que de tanto en tanto lo compenso con algunas otras habilidades mías. No obstante mi marido es muy intuitivo; me ha dicho que parece que mi vida está tomado los tintes de una novela de iniciación, como si hubiese estado metida en un capullo y empezara ahora a desplegar las alas. Me he quedado muda.

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