viernes, 10 de diciembre de 2010

Mi cumpleaños


Gresham road - S.M.
Ayer fue mi cumpleaños. El día anterior, antes de dormirme, había resuelto no decirlo a nadie y celebrarlo en silencio si no se acordaban; hubiese sido también una grata manera de pasar ese día; sin embargo mi marido a la una de la madrugada ya me había felicitado. Fue mi primer regalo.
James, el chico que trabaja en la cocina y que es practicante de kick boxing  me había contado que se entrena a diario en su habitación y que sólo acude al gimnasio los fines de semana. Él luce unos músculos como los de Bruce Lee (yo no los he visto, son sus palabras, pero seguro que es así porque no es nada fanfarrón). Me contó que improvisa el saco de boxeo con un colchón contra la pared y yo a mi vez le dije que utilizo cuatro botes de champú a modo de pesas para ejercitar los brazos. Entonces prometió regalarme unas mancuernas que tenía en su casa y que no usaba. Me las trajo justo antes de ayer y me reí al recibirlas por lo apropiado del momento. Por eso es que él sabía de mi cumpleaños  y se lo dijo a los demás.
Así que ayer me libré de limpiar baños, que me tocaban, porque Woz, probable próximo encargado del hostel y gran muchacho en todos los sentidos, los limpió por mi. Me dijo que ese era su regalo. Cuando ya estaba por irme Woz, Alex, Wouter, James y Chris me sorprendieron en la recepción con un agasajo, una caja de bombones y un tarjetón de Happy Birthday con sus dedicatorias.
De camino hacia casa hice mi pasada, ahora diaria, por el supermercado y mientras me cargaba de fruta recibí la llamada de mi amiga Alison, que también se había acordado.
Ya vi que la cosa iba de celebración, así que decidí comprar además una botella de vino y una tarta para convidar por la noche a Monika y Seweryn.
Tras mi segundo trabajo me conecté a internet y el Skipe se me bloqueaba por las llamadas desde España.
Mi hermana Clara le ha instalado a mi madre en su casa un teléfono conectado a internet por el que podrá hablarme a partir de ahora cuanto quiera y a ningún coste, y a la inversa.
Después de cenar con mi marido y Simón nos hemos juntado con Seweryn y Monica para brindar. Me han obsequiado con un ramo de flores y otra tarjeta. Son una pareja realmente adorable.
Para redondear el día me encontré en el teléfono varias llamadas perdidas de mi hijo Lucas, que pasó el día en Londres con su primo en misión especial....

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