Copos de nieve - S.M. |
Me habían contado de la obsesión de los ingleses con el clima y de lo socorrido que resulta para ellos hablar del tiempo en los encuentros casuales o para llenar los vacíos de conversación. Yo pensaba, no obstante, que ese es un tema que interesa por lo general en cualquier país y al que la gente recurre por igual en todos lados. Y sigo pensándolo, pero quizás sí es verdad que aquí estén un poco más pendientes de la cuestión, o en todo caso veo que le prestan mayor atención que en donde yo vivía, y no es de extrañar.
Aquí en un mismo día las condiciones atmosféricas varían de hora en hora. Salir de casa con sol no te garantiza que al rato no necesites ropa impermeable, y a la inversa.
Marian, la mujer con la que intercambio español por inglés, me contó que en la zona de East Anglia, en la que Cambridge está englobada, el verano suele traer tres semanas seguidas de espléndido sol y agradables temperaturas, pero que nunca se sabe en qué mes del estío llegarán. Fuera de eso, lo demás es incierto.
Con tanto cambio es lógico que la gente esté pendiente de la atmósfera; yo misma me he aficionado a consultar el tiempo en la web. En BBC Weather Cambridge se puede optar por ver la previsión para los próximos cinco días o la de las siguientes veinticuatro horas, ilustrado día a día u hora a hora con una imagen tridimensional del tiempo que se espera. Otro factor que supongo contribuye al éxito del tema es que los ingleses por lo general tratan de no meterse con la vida o con las creencias de los demás, y hablar sobre el tiempo no conlleva ningún riesgo. No se me ocurre un tema más neutro. Nunca he visto que dos o varias personas se enfaden o discutan por una opinión encontrada acerca del clima.
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