De los cinco hermanos que quedamos Clara es de las mujeres la del medio. Esta casada y tiene dos niños muy guapos de cuatro y seis años. Antes de eso, con trabajo, piso, coche, salidas, contactos y un buen grupo de amigos de siempre estaba instalada en una buena vida, así que no se moría por encontrar a su hombre ideal, hasta que surgió y ahora se la ve derretida de satisfacción con su marido y sus niños. Es buena por naturaleza, una bondad nada bobalicona. Sus amigos deben de quererla mucho porque ella lo hace, con la familia lo mismo. Es eficaz en la gestión de cualquier asunto sin levantar la mínima polvareda y está siempre sonriente.
Correo de Clara:
En catalán
¡Hola Susanna!
¡Cuantos días! ¿Cómo va por ahí? Espero que bien.
Hace días que miro de encontrarte conectada, pero no hay manera, tendríamos que quedar un día y así poder hablar un ratito.
De momento, te felicito por tu cumpleaños y estoy contenta de que finalmente os podáis llamar con mamá siempre que queráis, ya me ha dicho que me agradecías esta conexión, pero si te tengo que ser sincera aun no me lo creo, fui probando cables y cables y mira, al final lo logré, hoy cuando me ha dicho que habíais podido hablar por Skipe he alucinado, ya ves, siempre valemos más de lo que nos pensamos.
Que penita que no estéis por Navidad y también te hemos echado de menos en días así, como ha sido la muerte del tío Ángel. Menudos tres años que llevamos, aun parece que no pueda ser todo junto, pero no se puede ir hacia atrás y cambiar las cosas, nos tenemos que amoldar a lo que va viniendo. Papá, Gustavo y el tío Ángel es ley de vida, lo de Marisa cuesta más de digerir, pero quiero hacer caso de la última frase que dijo en su carta: "Sed felices".
Nosotros estamos todos bien, ahora disfrutando de nuestra finquita en las afueras, ya hemos hecho allí alguna comida con la familia de Albert, y con los amigos, carne a la brasa, coca de escalibada, sobremesas al lado del fuego que se alargan hasta la noche, esas cosas.
Un beso y recuerdos a la family,
Clara.
Y mi respuesta:
En catalán
¡Hola Clara!
He abierto el correo para escribirte y me he encontrado con tu mensaje. Ayer, justo cuando empecé a hablar con mamá, vi que estabas intentando comunicarte, pero no contesté porque me ha pasado que por querer estar con todos al final se bloquea el Skipe y no hablas con nadie.
Me habría gustado estar en los días del tio Ángel, me hubiese gustado estar para Todos los Santos, ir al cementerio con mamá y comer panellets, me gustaría estar en Navidad y también pensé en la posibilidad de viajar para el cinco de enero, pero de momento no es posible.
El que va ha volver a Barcelona la semana que viene es mi marido. Lo que son las cosas, nada lo retenía en Barcelona y ahora llega aquí y a los cuatro días tiene que regresar para atender el asunto de una posible traducción de un libro suyo al ruso. Le acabo de sacar el billete de ida y vuelta, viaja al martes y regresa el sábado, así que de momento nadie tiene que ir a echarle un vistazo a nuestra casa, díselo a mamá, que ayer me preguntaba cuándo tendríais que ir a sacarle el polvo al coche, me hizo gracia lo del coche porque esto no se me habría ocurrido nunca.
Ayer pasé media hora en el supermercado buscando felicitaciones de Navidad para tus hijos y cuando ya las había elegido las volví a dejar porque no terminaban de gustarme, mañana iré al centro a ver si encuentro algo más chulo.
Bueno Clara, un beso muy fuerte para ti, para Albert, y para los dos guapísimos de la casa.
Susanna.
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