lunes, 27 de diciembre de 2010

Nuevo portátil


Bombones caseros de Victoria - S.M.
Este año he tenido un super regalo de navidad, mi marido me trajo de España el ordenador portátil desde el que ahora estoy escribiendo. Estoy muy contenta con él porque es un portento de rapidez al lado de lo que estaba acostumbrada y, después de un bache inicial, me facilita mucho las tareas. Lo compró mi marido en España para que el teclado contuviera la letra Ñ y los acentos que se usan en castellano, y para que Juan le hiciese los ajustes necesarios.
Juan es un chico amigo de mi marido y mio también, técnico informático y buen tío donde los haya, que conocimos porque venía a casa a poner a punto los ordenadores, cosa que continúa haciendo, pero seguido de las cañas que él y mi marido se van a tomar por ahí mientras de boquilla arreglan el mundo.
Le tenía cariño a mi viejo Toshiba de segunda mano que le compré a una amiga de mi pueblo y que en su momento habrá sido muy bueno, pero que ya no daba más de sí. Con todo, me costó acostumbrarme al cambio. Los dos primeros días andaba como loca porque no le tomaba la mano al nuevo Windows 7 de Microsoft y me bailaba la cabeza por la tridimensión que ahora presentan los programas, y me parecía además que el cristal con brillo de la pantalla y la luz potente que esta emite le conferían a los colores unos tonos demasiado estridente. A ver si resulta que hemos hecho un gasto para nada, pensaba.
Poner en el salvapantallas la misma foto que tenía en el anterior y cambiar un tanto las tonalidades del blog lo hizo que el nuevo ordenador pasara a ser mio en un rato. Seguro que si en un tiempo saco el que ya he escondido debajo de la cama y comparo, me va a parecer imposible que no apreciara de inmediato el avance que suponía la nueva adquisición.

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