Aurélie es una belga de la parte francesa a quién su escuela le consiguió el hostel para las prácticas de inglés in situ que le requieren para conseguir la graduación en sus estudios. Así es que lleva mes y medio ayudando ocho horas al día a cambio de comida y alojamiento.
Ella, como Natacha, Jessy, Sam y James no tuvieron que moverse de la casa común para los empleados dónde celebramos el guateque naranja. Todo de ese color, excepto Su Majestad la Reina, que se presentó vestida de azul.
Me lo pasé en grande. La gente con la que trabajo es muy tierna. Aurélie es decidida y se integró rápido. Entonces, es normal que nos juntemos y resulte divertido. Jessy contaba con un tocadiscos y cada uno aportó un disco de pasta de los años sesenta o setenta, fáciles de conseguir en las tiendas de caridad.
Ella, como Natacha, Jessy, Sam y James no tuvieron que moverse de la casa común para los empleados dónde celebramos el guateque naranja. Todo de ese color, excepto Su Majestad la Reina, que se presentó vestida de azul.
Me lo pasé en grande. La gente con la que trabajo es muy tierna. Aurélie es decidida y se integró rápido. Entonces, es normal que nos juntemos y resulte divertido. Jessy contaba con un tocadiscos y cada uno aportó un disco de pasta de los años sesenta o setenta, fáciles de conseguir en las tiendas de caridad.
Aún bailando yeyé en la fiesta James vino a enseñarme en la pantalla de su teléfono el comentario de una amiga del pueblo de mi infancia a una foto que él acababa de colgar en Facebook.
"¿Qué dice?", me preguntó James.
Se lo tuve que traducir del catalán.
"¿Qué dice?", me preguntó James.
Se lo tuve que traducir del catalán.
Esa conexión ultra pueblos, sumado a las pocas copas que había tomado me hizo alucinar lo que un niño de hoy no entendería de qué; no obstante, ya se que más adelante, si mi amiga Pepita quiere, podrá corporizarse en la fiesta vestida de naranjito.
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