domingo, 16 de octubre de 2011

Miseria

Hasta mi marido recibe mensajes de gente que debe de pensar que él tiene influencia.
Y así es; a mi me influye.
-¿Cómo es que tu insistes, me dice él, en que te has venido a Inglaterra a buscarte la vida y sin embargo consumes las horas en el ordenador pensando y escribiendo en español  en lugar de ponerte a estudiar inglés?. Tu harás lo que quieras, por supuesto, ¡todos somos muy independientes en esta familia!, pero yo te digo; a mi me parece que lo principal sería que te aplicaras con el idioma si es que quieres progresar.
¿Cómo podría explicarle?. Él no tiene manera de saber. Progresar no me hace ninguna ilusión. Me imagino progresando y me agoto solo de pensarlo.  Algo tiene que pasar antes que modifique de golpe el panorama, que me cambie de linea a tiempo. Estoy tratando de provocar eso.
La miseria por una temporada puede resultar graciosa, pero alargada y recrudecida puede llegar a retorcerte la sonrisa y los dientes hasta conseguir borrártelos de la cara; y a ver como podría uno reírse entonces sin ellos, con un boquete negro en su lugar  para espantar  al personal.

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