jueves, 19 de diciembre de 2013

Goodbye to Cambridge

By the River Cam - S.Morell
Fue cuando los olmos al lado del río que cruza por las praderas del King's College decidieron comenzar a morir que Alan D. J. Macfarlane se enteró de la existencia de Xo Zhimo y su paso definitivo por Cambridge.
Alan D. J. Macfarlane, renombrado antropólogo e historiador británico, con una vida académica y personal por más de cuarenta años ligada al King's College de la University of Cambridge, habiendo llevado campos de trabajo en Nepal, Japón e incluso China, tuvo primera noticia de Xo Zhimo cuando en el comité encargado de velar por los jardines de la institución se planteara la tala de los árboles que quedaban justo al lado del puente; entonces salió la voz de uno del comité, experto en China, advirtiendo sobre la inconveniencia de cortar el famoso árbol del poeta.

El profesor Alan D. J. Macfarlane, nació en la India, 1941, en Shillong, capital de la provincia de Assam, la región de los valles de temperatura subtropical que descubrieron los británicos, perfectos para el cultivo del té por el que venían comerciando y luchando desde antiguo con los chinos. Eran tiempos de la colonia y de la Segunda Guerra, con los japoneses a un paso en la frontera, después de haber expulsado a ingleses y aliados de la vecina Birmania Británica. El padre era un joven escocés dedicado a la plantación y la madre una inglesa intelectual, filósofa, budista, vegetariana, escritora de historias cortas, que influyó mucho en su hijo.
A la edad de seis años el pequeño Alan fue mandado a estudiar a Oxford. Al principio pasó mucho frío, veía a los padres cada dos o tres años, y se sentía solo. Le costó pasar de un mundo de viajeros, abierto y acogedor, al individualismo británico en la isla, pero con el tiempo se adaptó y le tomó el gusto a la espartana vida entre colegios y facultades. Contribuyó a su buena aclimatación el conocer a un profesor excepcional que lo interesó por la historia. Veía también a los abuelos, que residían en Inglaterra. Sin embargo nada ni nadie lo quitó de pasar dos años y medio sin sonreír, hasta que unas simples rutilantes monedas con las que alguien le obsequió lo sacaron por sorpresa del sombrío semblante. Entre tanto Macfarlane pensaba en volver algún día a la India, como misionero, doctor, o lo que fuera que pudiera ayudar a menguar el desastre que cierta vez le impresiono en Calcuta.

En el año 1921 Xu Zhimo, un estudiante chino graduado en leyes por la Universidad de Peking llegó a Inglaterra procedente de Estados Unidos. En América había cursado historia en la Clark University del estado de Massachussets y política y economía en la Columbia University de Nueva York. Su padre era banquero y lo quería preparado para continuar en los negocios. También en su vida privada Xu se casó a los dieciocho con la mujer elegida por su familia y tuvo dos hijos con ella antes de partir al extranjero.
En Londres acudió a la London School of Economics, se enamoró de la hija de un culto compatriota, y conoció al historiador Goldsworthy Dickinson (1862-1932), circunstancia esta tercera que consideraría la gran ocasión de su vida, pues a través de Mr. Dickinson consiguió ingresar como alumno especial en el King's College y "disfrutar en Cambridge de todos esos días felices en los que mi interés por la literatura y el arte comenzó a tomar forma", según propias palabras.
Xu conocía que en Cambridge se encontraba el matemático y filósofo Bertrand Russel (1872-1970), por ello quería ir, pero cuando llegó, su admirado acababa de partir hacia la China. Bertrand Russel dejaba atrás tiempos convulsos, en los que fue despojado de su cátedra y membresía en el Trinity College, también de la University of Cambridge, y pasó seis meses en la cárcel, a razón de sus ideas contrarias al militarismo y a la intervención británica en la Gran Guerra. Por cierto que Bertrand Russel estuvo un año en China con su mujer, quedando encantado, por unos valores que le parecieron allá, de tolerancia, imperturbabilidad, dignidad y una manera de estimar la belleza, el placer y la vida distinta a la occidental.
Xu Zhimo llegó a Cambridge con los pájaros y las flores antes del principio del verano*,1921, y se sintió renacer. La belleza del lugar combinada con el descubrimiento de la poesía romántica inglesa (Keats, Shelley, Coleridge...), la francesa, y la surgida dentro de la corriente de arte simbólico en Francia, Bélgica y Rusia, más todo lo otro infinito que habrá confluido, crearon dentro de él un cóctel revolucionador que lo decidieron a hacerse escritor y poeta.
Su esposa lo visitó en esa primavera del comienzo, pero ni eso ni la posterior distancia lograron acercarlos y llegaron al divorcio aún estando él en Cambridge. Su amor de Londres le dio la negativa, para seguir la senda de casarse con el hombre a quien el padre la tenía comprometida. En el King's College, por su condición de alumno especial, estaba sin exámenes, libre de asistir a cuanta lectura o clase le interesara. A través de G.L.Dickinson, miembro del Grupo de los Apóstoles*, conoció a autores e intelectuales, en persona o su obra, reuniéndose en pubs o alrededor de un té con los que tuvo ocasión de encontrarse.
"Si quieres descubrir tu auténtico yo, tienes que darte la oportunidad de estar solo. Si quieres descubrir un lugar, que también puede ser espiritual, también tendrías que tener la oportunidad de actuar solo", escribio Xu Zhimo.
Xu Zhimo dejó Cambridge a finales del verano de 1922. Dieciséis meses le bastaron para guardar por siempre en su alma esa ciudad como su hogar y segunda tierra de origen.

Se considera a Xu Zhimo (1897-1931) en China gran poeta romántico de la primera mitad del Siglo XX, renovador de las letras, en su mezcla de la tradición con lo aprehendido afuera, enorme su contribución a la moderna literatura. 
La mención de Xu Zhimo  invoca la imagen de Cambridge entre los lectores orientales. Xu creó para la literatura china un Cambridge que, más que ninguna otra plaza extranjera narrada por un artista, representa en la mente de la mayoría la tierra soñada del oeste. Los versos con motivo de la despedida son los más conocidos del poeta y forman parte de la memoria infantil de generaciones de sus compatriotas que los recitan en la escuela.

Allá por el 2007 un empresario de Hong Kong, antiguo alumno de otro college en Cambridge, se acercó al King's con la propuesta de erigir un monolito en sus verdes extensiones  en memoria del poeta, con cuenta a su cargo. El profesor Mcfarlane era justo entonces integrante del comité de jardines, a donde llegó la proposición en primer término. Teniendo en cuenta que algo afianzado al suelo dentro de ese recito sagrado puede permanecer por milenios, la idea no era fácil de ser aprovada, y Macfarlane, como veterano y profundo conocedor de la institución la defendió por cuanto comité e instancia tuvo que recorrer.
En julio del 2008 se colocó una roca de cuatro toneladas de mármol blanco de Beijing cerca del punto donde se cree Xu Zhimo se inspiró para su poema más conocido. Las dos primeras líneas y las dos últimas están inscritas en la piedra.
Una pala mecánica cavó el agujero, una grúa enorme acarreó la mole, Macfarlane, desde el 2009 profesor emérito y miembro vitalicio del King's college, supervisaba la instalación, cuando en el intérvalo entre el accionar de una máquina y otra echó al hoyo una especial moneda que aguardaba en el bolsillo a su vez su momento. 
Macfarlane creaba con ese gesto su particular recordatorio en Cambridge, profundamente ligado al pedacito de metal y a Xu Zhimo, 
Macfarlane explicaba en el 2010 que una década atrás nadie en el college, excepto uno o dos, conocía de la existencia del poeta y su paso por el lugar.
El propio Macfarlane se encargó de que hicieran plantar nuevos olmos al otro lado del río, junto a la roca de mármol blanco, y cuando por el sendero pasa cerca con su sombrero calado, a modo de los vaqueros del oeste americano, saluda sin palabras a los chinos visitantes y sigue su camino, satisfecho.


Saying Goodbye to Cambridge Again
Quietly I take my leave
Just as quietly as I came
Quietly I wave good-bye
To the rosy clouds in the western sky

The golden willows by the riverside
Are young brides in the setting sun
Their shimmering reflections on the waves
Keep undulating in my heart

The green tape grass rooted in the soft mud
Sways leisurely under the water
I am willing to be such a waterweed
I the gentle flow of the River Cam

That pool under the shade of elm trees
Holds not water but the rainbow from the sky
Shattered to pieces among the duckweeks
Is the sediment of a rainbow-like dream

To seek a dream? Just to pole a boat upstream
To where the green grass is more verdant
Or to have the boat fully loaded with starlight
And sing aloud in its radiance

But I cannot sing aloud
Quietness is my farewell music
Even summer insects keep silence for me
Silent is Cambridge tonight!

Quietly I take my leave
As quietly as I came
Gently I flick my sleeves
Not even a wisp of cloud will I bring away

Diciendo de nuevo adiós a Cambridge
Sin ruido me voy
Tan en silencio como llegué
Silente digo adiós
A las rosadas nubes del cielo en el Oeste

Al lado del río los sauces dorados
como radiantes novias en el sol poniente
sus reflejos titilantes en las olas
quedarán para siempre ondulando en mi corazón

Las cintas de verde hierba enraizadas en el barro blando
Se balancean pausadas bajo el agua
Me gustaría ser una de esas plantas
En el suave fluir acuático de Cambridge

Esta charca bajo la sombra de los olmos
No está para contener el líquido, sino al arco iris del cielo
Descompuesto en partículas entre las minúsculas hojas
Cual sedimento de un caleidoscópico sueño.

¿Buscas un sueño? Basta llevar la barca río arriba
Punteando hasta donde la frondosa hierba se hace aún más verde
O bajo la luz de las estrellas cantando a viva voz
Con el bote cargado de su esplendor

Ahora no puedo cantar en voz alta
Callada es mi música de despedida
Incluso los insectos del verano han cesado en sus sonidos por mi
El silencio se siente en Cambridge esta noche!

En calma me voy
Tan sin ruido como llegué
Suave mi mano diciendo adiós
que ni una pizca de nube he de tocar para llevarme

* Como Rebecca a Manderley, según la novela de Daphne du Maurier
* Grupo de los Apóstoles o Cambridge Conversazione Society: Sociedad secreta de la élite intelectual de la Universidad de Cambridge

lunes, 18 de noviembre de 2013

Negocios en la red

Dibujo Susanna Morell
Ayer me pasé el día haciendo un dibujito infantil que me tenía emocionada pero entonces sucedió lo que suele pasar, quise perfeccionarlo y ahí se me fastidió, o mejor dicho en este caso, desapareció por completo de la existencia.
Al pulsar para aplicarle un filtro ligeramente granuloso a una parte de la imagen correspondiente a un campo de amapolas al fondo, el programa se eclipsó por un instante y al regresar ya lo conseguido había partido hacia el limbo de lo nunca jamás recuperable en esta tierra. Quedé estupefacta. Era imposible repetirlo, con todos sus errores bien aprovechados y demás. ¿A quién podría reclamarle?. Apple se disculpó de inmediato, pero a una manzana que abre un cuadrado no se le puede pedir entendimiento, y un avatar de representante de su compañía para poder discutir con una persona ni se les ocurrió de enviarme. Ya se que es una tontería, son ejercicios que estoy haciendo para practicar con las herramientas de Photoshop, en realidad una vía de aprendizaje desviada bastante de la recta que me convendría para convertirme cuanto en una ducha profesional del retoque de imágenes digitales. 
A la vez se me ocurren negocios que podría hacer en la red. Un banco de dibujos, inspirado en el www.shutterstock.com para fotos. A lo mejor ya existe, podría ser de dibujo infantil o de dibujo en general. También un lugar que se llamaría "¡Habla!" o "Speaks!", tengo que ver si esos dominios están tomados, seguro que sí, porque hay gente que se dedica a registrar lo que se le ocurre para luego vendérselo al que llega tarde a la misma idea queriendo montar algo sí o sí con ese nombre, entonces tendría que buscar una alternativa. Un espacio donde la gente se encontraría para comunicarse, al estilo Plenty of fish, pero sin intención de hallar pareja, relacionando a unos con otros en función de los problemas que les afectaran y sobre los que quisieran extenderse verbalmente con otros en parecidas circunstancias. Tengo pensados los apartados. Si alguien sabe como poner en práctica cualquiera de las dos alternativas, que me lo diga y nos asociamos. Aseguro que le va a salir más rentable hacerlo conmigo que robarme la idea y hacerlo por su cuenta.

viernes, 15 de noviembre de 2013

James J. "Whitey" Bulger

Bryan Cranston en el papel de Mr White
En el diario apareció ayer la noticia de la resolución judicial emitida por la corte de Boston, EEUU, para el ex gángster James J. Whitey Bulger, jefe de la banda de los Boston's Winter Hill que reino en el campo de sus intereses dentro de esa ciudad y más allá desde finales de los años setenta hasta medianos de los noventa del siglo anterior.
Afrontaba cargos por organización criminal, lavado de dinero, usura, extorsión, tráfico de drogas, posesión de armas y complicidad en diecinueve asesinatos.
Ha sido declarado culpable en once de las muertes, incluida una joven en 1985 estrangulada por sus propias manos, la hija de la mujer que convivía con su socio Stephen Flemmi; otro caso similar en 1981, el de la novia de este mismo socio, quedó sin probar, aunque James J. J. Bulger sostuvo en alguna carta desde la cárcel a amigos que no cabía en su moral el asesinato de mujeres. 
"El alcance, la insensibilidad y la depravación de sus crímenes son casi incomprensible" declaró la juez Denise Casper en el veredicto final, "el testimonio del sufrimiento humano que usted y sus asociados infringieron a otros resultaba a veces atroz de escuchar, hiriente de ver, y lo que hace peor a estos crímenes es que, en la base, la motivación para toda su empresa criminal era el dinero". Torturas lentas, tiros a bocajarro, ametrallamientos, cadáveres embutidos en maleteros, enterrados y desenterrados. "Los testimonios parecían salidos de una película, y eso es lo que hubiera deseado que en realidad fueran".
James J. Bulger, apodado Whitey desde la infancia por su pelo rubio plateado, nació en Boston, en una familia humilde de origen católico irlandés, él y sus cinco hermanos. El padre era estibador y vivían en una zona cercana al puerto construida como proyecto de casas sociales. El chico era alborotador e imaginativo, a los diez años pensaba en irse siguiendo una caravana de circo, pero pronto comenzó a meterse en asuntos de cierto riesgo sin salir del lugar. Tanto él como su hermano, William M. Bulger, futuro Presidente del Senado por el Estado de Massachussets, conocieron en el barrio a muchos de los amigos que conservarían y que los habrían de apoyar en sus respectivas trayectorias.
James J. Bulger fue detenido a los catorce por robo y de ahí en escalada, hasta pasar cinco años en un reformatorio juvenil. Al salir se apuntó a la Fuerza Aérea, donde por un tiempo cumplió, hasta ser arrestado por ausentarse sin permiso. Devuelto a la vida civil regresó a Boston.
Tras una serie de robos a bancos pasó nueve años en prisiones, incluida la de Alcatraz. Estando allí fue que en 1961 su hermano William, metido a carrera política, fue elegido para entrar en la Cámara de Representantes de Massachussets.
Acabada su condena se presentó para matón de un jefe intermedio de los Boston's Winter Hills. Lo fue de Donald Killeen, y al ser este asesinado en 1972 tomó posición en la banda, en la que ascendió rápido. Cuando  en 1979 el jefe máximo Howie Winter fue encarcelado por amañar carreras de caballos, llegó James J. Bulger a la cumbre.
Al comienzo Whithey se encargaba de extorsionaba a los corredores de apuestas, a los traficantes de drogas y a otros blancos fáciles, pero cuando su poder creció pasó a extorsionar a hombres de negocios legítimos y a tejer relaciones con otros no tan legales. A propósito, cabe que se lo enjuicie de nuevo en los estados de Oklahoma y Florida, con la pena de muerte vigente, por los asesinatos de Roger Wheeler, en 1981, y de John B. Callagahan en 1982. John Martorano, un ex socio de James J. Bulger,  declaró en el juicio que disparó al empresario R. Wheeler por encargo de James J. Bulger como un favor hacia J. Callahan, que a su vez tuvo que ser liquidado cuando a través del policía corrupto John Connoly llegó el aviso a la cúpula de los Boston's Winter Hill de que el FBI estaba por interrogar al hombre de negocios vinculados a los suyos.
Dada la circunstancia allanadora de contar con un hermano metido en lo más alto de la política local y algunos ex colegas de barrio entre las fuerzas de la policía, J. J. Bulger se hizo informante del FBI, con resultados extremadamente favorables para su organización, desde 1975 a 1990.
John Connoly era un agente, de esos viejos conocidos del vecindario, que le cubría las espaldas además de colaborar con él. Whitey soplaba y la policía, en su deber, le limpiaba las calles de hamposos italoamericanos. A cambio Connoly le facilitaba a Whitey los nombres de otros informantes del FBI en cuanto les iban a soltar datos acerca de la banda irlandesa. Ahora John Connoly está en prisión. 
Dieciseis años paso James J. Bulger a la fuga hasta que finalmente lo detuvieron en Santa Mónica, California, en 2011. Allí vivía, retirado o no de sus actividades delictivas menores, con su pareja de largo tiempo, Catherine Elisabeth Greig.
En la actualidad ella está cumpliendo ocho años en prisión por encubrimiento.
James J. Bulger le escribía a un amigo que aceptaría gustoso cualquier sentencia para él a cambio de la libertad para ella. A Catherine la hubieran tenido que premiar en lugar de vejarla, consideraba el hombre bajo arresto, pues consiguió mantenerlo alejado del crimen durante dieciséis años, los mejores de su vida, y que ojalá la hubiera conocido antes, al salir de prisión, quizá entonces hubiese iniciado un camino diferente con ella, en lugar de entrar de nuevo en la rueda; pero luego ya era tarde.
William M. Bulger, renunció como Presidente de la Universidad de Massachussets, que también lo fue, tras negarse a cooperar con las autoridades que estaban en la búsqueda de su hermano profugo; "le debo lealtad a mi hermano y me preocupo por él, sé que no son buenas noticias, pero espero nunca ser de utilidad a cualquiera en contra de él", "no siento la obligación de ayudar a todos a atraparlo", se excusó. En 2003 William M. Bulger tuvo que testificar ante un comité de la Casa de los Representantes al saberse que aún siendo Presidente del Senado de Massachussets había arreglado para recibir una llamada de su hermano desde algún teléfono libre de escuchas electrónicas, sin haberlo puesto en conocimiento del FBI. A preguntas de si sabía a qué se dedicaba su hermano, respondió vagamente, que seguro a algo no de su entero gusto, pero que lo quería y esperaba que resultase falso todo lo terrible que de él se decía. En el presente lo viene visitando cada semana en prisión, pero "el hecho de que lo visite no significa que lo apruebe", declara.
"Tenéis que entender algo", dijo Joseph S. Oteri, un amigo de William, "nosotros somos gente del sur de Boston, y cuando creces en el southie, la virtud cardinal es la lealtad, ... y creíais que William no asistiría?.
William M. Bulger asistió a la vista. "Toda la situación está siendo una suerte de gran angustia, dijo hoy a la prensa. "Siempre supe que había hecho y ficción, no podía aclarar, no se cuanto de cada, intento ser racional, todo lo que ha salido en el juicio no sale de la nada, no se lo que es verdad o no", "he quedado conmocionado por algunas de las cosas que han emergido", "mi hermano niega fervientemente que los cargos sean ciertos", "yo ya no trato de dilucidar, solo trato de ser un buen hermano".

martes, 12 de noviembre de 2013

Breaking Bad

Dibujo a ratón de
Susanna Morell
Se supone que debería estar a todas horas reconcentrada adquiriendo habilidad en la técnica del retoque fotográfico, para ello dejé de escribir en estas páginas, ese era mi propósito, y sin embargo vengo a distraerme de continuo con otras historias que me salen al paso.
Estuve viendo Breaking Bad, la serie norteamericana de televisión de la que todos hablaban sin que yo me hubiese enterado. Atrapada frente a la pantalla por dos semanas, esperando que transcurriera rápido para poder levantarme del asiento y continuar con mi vida y ahora que ya ha acabado me he quedado huérfana de su impactante intensidad e inteligencia. 
Me la recomendaron mis hijos, pero yo no quería ver nada pirateado. A donde irían a parar los artistas si no podían sacar rédito de sus obras. Disfrutando de sus trabajos y encima expoliándolos, eso de ninguna manera, y a la corriente que proclama el acceso gratuito a la cultura yo me adheriría, cuando a alguien se le ocurra también que tengamos que tener derecho los desheredados de esta tierra a disfrutar de los servicios de un fontanero o de un informático sin tener que pagar por ello. Es muy extraño suponer que al artista le basta para sustentarse el gusto por el trabajo que hace y las ganas cumplidas de regalárselo al mundo. Puede que más adelante se descubra la manera de compatibilizar el acceso libre a las obras de creación artística con el pago adecuado a quién las hace, hasta entonces me aguanto. 
Mis hijos tenían otros argumentos parecidos a lo siguiente:
"De todos modos tu no ibas a pagar por la serie; en el caso de abstenerte de bajarla te ibas a quedar sin verla, así que cero igual por tu parte para los del equipo de Vince Gilligan*, que por otro lado tienen la producción de sobra amortizada,  y sin embargo, si la ves, tu opinión en la red les podría valer de algo".
"No es lo mismo robarle el último mendrugo a un menesteroso hambriento, que meterse en la planta baja de un gran almacén a hacerse de tapadillo con alguna baratija; a ver, plantéatelo, ¿te importaría robarle a El Corte Inglés*?".

*Escritor, director y productor de Breaking Bad
*Grupo de distribución español compuesto por empresas de distinto formato, siendo el principal el de grandes almacenes muy conocidos y existentes en las mayores ciudades del país.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Más sobre el ex jefe de mi amiga Felicia y su mujer Kitzia


Henri era hijo de una cantante francesa de origen griego, afincada entre la alta sociedad británica y propietaria de un afamado cabaret en Londres. El padre fue un héroe de la resistencia francesa, aunque por un tiempo se levantaron voces que aseguraban que Henri y su hermana eran fruto del romance habido entre la refinada artista y el Duque de Edimburgo, marido de la Reina Isabel II de Inglaterra. 
Contribuyó al rumor el hecho de que ella durante el proceso de divorcio de su primer marido se negase a hacer público el nombre del padre de los dos retoños que alumbró luego de separarse, y sin embargo sí trascendiera que ambos críos habían sido apadrinados por el Duque de Edimburgo.

Lo cierto es que la relación de la mujer con el consorte de la reina venía desde antes del nacimiento de ambos. El Duque de Edimburgo llegó al mundo en Corfú como Príncipe de Grecia y Dinamarca, y cuando su familia partió al exilio en 1922, la de ella los ayudó a instalarse en Francia. El Príncipe tenía entonces un año de edad y la anécdota es que fue acarreado en una caja de fruta a modo de cuna, ella ni existiría.
Durante una temporada en que el tema volvió a ocupar los tabloides británicos, los periodistas mandaban mensajes a la oficina de mi pueblo insistiendo para que el jefe de Felicia hiciera algún tipo de declaración al respecto, considerando Henri lo más eficaz dejarlos sin respuesta alguna.
Sin embargo el atesoraba las cartas y felicitaciones que le llegaban de palacio como una fortuna a legar a sus descendientes y regulamente era recibido por el Duque de Edimburgo, a cuyos encuentros se iba con el hijo. 
Mas comparando fotografías, creo que queda bastante evidente que el padre era el francés;
un hombre que hablando perfecto inglés fue de los primeros en acudió al Ciclo de formación de pilotos de guerra en Gran Bretaña para subirse a los escuadrones de cazas de la RAF (Real Fuerza Aérea Británica) y tomar intrépida acción en el bando de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, siendo también uno de los primeros pilotos en aterrizar sobre el suelo liberado francés el 18 de junio de 1944.
Henri estudió en un internado para la élite en Escocia, donde a la mañana se despertaba en la cama con los brazos escarchado por el frío. Métodos rigurosos y vida espartana para crear personalidades fuertes, de lo cual estaba agradecido. Cursó luego arquitectura en la Universidad de Cambridge y planificación de ciudades en el Instituto de Tecnología de Massachussets. En su etapa laboral se relacionaba con instituciones y universidades de máximo prestigio en todo el mundo.  En China fue director y luego decano del Instituto de Gestión de Europa en Beijing. Era consultor de proyectos por Francia y el Medio Oriente, y en Barcelona era profesor de dirección estratégica en una alta escuela de negocios, aunque a mi lo que me hubiera gustado saber es de qué iba su pensamiento y lo que decía en sus conferencias, a ver si me hubiera enterado de algo.
Felicia dice que lloró por horas al enterarse de su fallecimiento, estaba en el coche junto a su marido e hijo, acompañando al chico a Lyon donde estudia, y estuvo todo el trayecto bañada en lágrimas.
"No preciso más de vuestros servicios", con estas escuetas palabras Kitzia las despidió, a ella y a Birguitta, la sueca, una mujer encantadora que se encargaba de organizarle los viajes al marido. Ni una semana les dio de plazo y tuvieron que acelerar la maquinaria para dejarle todos los papeles al corriente y enseñarle en que situación habían quedado sus finanzas; fabulosas, por cierto.
Puede que su manera tajante se debiera a la falta de maestría con el idioma español para manejarse en una circunstancia tan especial, con eso Felicia la disculpó, pero en la despedida post mórtem que le hicieron al marido en Barcelona los de la escuela superior de negocios, los dos bancos reservados a los allegados de la familia se quedaron con solo la viuda y el hijo, sin que a Kitzia se le ocurriera que quizá ellas hubieran tenido una cercanía.
Felicia se la ve mejor que nunca. Se acaban de construir una casa en la montaña a unos pocos kilómetros de la costa, fuimos a verla con otra amiga, y estaba con su marido en tareas de bricolage, pensando que teniendo ese paraíso, se les estaba desvaneciendo la idea para el futuro de vivir la jubilación en Francia.
- Cuando se casó el guapito ese de Inglaterra con la chica tan mona Kate, yo estaba arriba en la oficina de la casa y Max vino para pedirme que bajara al salón a ver la boda con Kitzia; "ves, mujer, y hazle compañía", y yo le decía, "pero cómo voy a bajar, si es que a mí estas cosas no me interesan", y el insistía, "venga Felicia, hazme el favor, siéntate y míralo con ella".
-Era difícil de entender como Kitzia siempre se estaba quejando. Creo que se escudaba en el marido para justificar su inacción. Pero vaya, si hubiese querido.... yo le pasé contactos de gente aficionada a la fotografía en Barcelona.... tenía tiempo y los medios.... y con la economía no digamos... porque yo llevaba las cuentas, y sabía de lo que disponía .. entonces... ¡era increíble!... tenía una mujer de la limpieza, de esas, pobres, con unas vidas... un hijo que murió en accidente, una hija que quedó embarazada, la otra que se droga, el novio también, el marido que se le emborracha... puedes imaginar...todos en un pisito y ella alimentándolos... pues un día va Kitzia y la escucho lamentarse frente a esa mujer de lo mal que lo tenía con el dinero... ¡ella!, ¡la señora!,¡yo no daba crédito!.

Primera parte de la historia en la entrada: 10/07/2012 "El aristócrata Inglés" 

viernes, 6 de septiembre de 2013

Enseñanza secundaria obligatoria

Dibujo Susanna Morell
Reconocía Eloísa que los temarios son tan extensos que resultan inabordables incluso para los profesores, que ella está falta del tiempo necesario para montar clases más atractivas, con material audiovisual o interactivo que debería buscar por su cuenta, porque no le viene proporcionado, además de andar por detrás de los críos en el manejo de las nuevas herramientas, así que la mayoría de ellos se aburren en las clases.
También coincidía con lo que me dijo una vez en la inmobiliaria una profesora sui géneris que quería comprar un piso: "Es mil veces preferido en España por los maestros y tiene muchas más posibilidades de culminar con éxito los estudios obligatorios un niño de reducida capacidad pero aplicado, que otro muy inteligente que se duerma en clase o pase olímpicamente de lo que quieran enseñarle". 
Y sigo por mi cuenta.
Al primero se lo valorará, se le adaptará el programa, se lo bajará a su nivel para que pueda aprobar, al segundo se le tendrá fastidio, si es movido y molesta en clase, será considerado la peste, y si los padres no logran reconducir su actitud, tratarán de mantenerlo apartado, con expulsión tras expulsión, hasta que abandone, si es que antes no lo ha hecho, precedido de un largo período de campana*tras campana, con lo cual no me extraña que España tenga, con Catalunya a la cabeza, el ratio de fracaso escolar más alto de Europa, con uno de cada tres jóvenes alejándose de las aulas antes de haber completado el período de enseñanza obligatoria, chicos listos en su mayoría, que se quedarán para reciclarse por su cuenta, en el mejor de los casos.
Por supuesto que yo no soy una experta analista, pero me llama la atención algo.
Tengo tres sobrinos que fueron a una muy buena y prestigiosa escuela en una ciudad de provincia catalana, eran aplicados y sacaron sus cursos con notas superiores a la media, el hecho es que ahora están en la recta final de sus respectivas carreras universitarias, pero cuando en su adolescencia se fueron cada uno a su tiempo a cursar un año que les convalidaba a los Estados Unidos, alucinaron con la enseñanza de allá. Independientemente de sus otras muy variadas experiencias y lugares donde les tocó vivir, coincidieron en valorar la escuela como un espacio simpático y acogedor, sorprendidos cada mañana por sus ganas de ir, la actitud tan diferente de los profesores, siempre relajados y sonrientes, con ganas de ayudarte, de enseñarte, con menos asignaturas, más fácil, pero muchísimo mejor para aprender. Así lo decían ellos.
También mi marido tiene una nieta viviendo en Londres que cursó en Madrid en un colegio de monjas y siendo que se fue con su madre a establecerse al Reino Unido, comenzó allí en un instituto estatal, notando al poco la diferencia, a favor del lugar inglés. El caso es que ella, una chica alegre, inteligente e inquieta, siguiendo la tendencia familiar de sus tíos, mis hijos, es probable que en España no hubiera acabado de encontrarle el gusto, y sin embargo allí parece que está muy estudiosa, con miras a su capacitación superior y entusiasmada con las asignaturas que ha elegido.

*Hacer campana: Hacer novillos, saltearse alguna clase.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Vida solucionada


Estuve paseando con una amiga de la infancia estival y ella que tiene la vida resuelta se queja de la uniformidad y la poca sorpresa que le espera, en el mejor de los casos, y piensa que lo mío debe de ser la mar de divertido, siempre sin saber que va a pasar a continuación.
Se queja también de sus alumnos, pues lleva treinta años ejerciendo de profesora en una misma escuela concertada*, a esos niños facilillos de la secundaria, en edad entre doce y dieciséis, y los que a ella le faltan para jubilarse le pesa en la espalda como si de continuo anduviera acarreando una gran mochila sobrecargada.
Dice: "Los de ahora no son como los de hace ocho años, te aseguro, es que están fatal, cada vez peor, y yo no puedo atender a treinta y pico, cada uno con su peculiaridad, que la mitad están zumbados, a más de los catalogados oficialmente como casos especiales, que con el plan de inclusión hay que tenerlos en el aula, atenderlos al mismo tiempo sin que los demás se desbaraten, adecuando el patrón a su medida para que puedan trabajar algo. Estás exponiendo y te puedes encontrar a uno restregando desesperado el pupitre que dice está sucio, y cuando lo mandas a la papelera se queda paralizado por la mitad sin poder cruzar la raya que marca la junta de las baldosas en el suelo, porque siente que si lo hace algo malo le va a suceder a su familia, y ahora que  le compraron un perro que le ayude a superar el impedimento, es dicho animal que parece que corre peligro si se pasa de la línea, y la niña de atrás le está haciendo una trencita en el pelo a la de adelante, mientras la del costado se dibuja la raya del ojo con lápiz khol, y ellas en el patio se pelean a lo bruto más que ellos, con tiradas de pelo, puñetazos y arrastres por el suelo, que antes esto ni existía. Y hay uno que es ladrón de retrovisores en fin de semana. Por descontado que las separaciones matrimoniales influyen. Luego los padres le dan la razón a los críos, que no puedes amonestarlos sin que vengan sus mayores a reclamar, o vienen cuando tu los llamas, y te los tienes ahí enfrente, haciendo como que escuchan, diciendo "si, si, profesora, tiene usted razón", y a continuación la conducta del chico sigue igual, con lo cual te das cuenta de que en su casa no han aplicado las medidas necesarias. Hay chicos que se pasan dos o tres meses expulsados, porque es imposible aguantarlos en la escuela, y luego, cuando regresan, puedes imaginar".
Y yo la miraba y pensaba: "Sí, sí, pobre Eloísa, no me gustaría estar en su piel, por más que tenga el sueldo asegurado de por vida, vacaciones y viajes exóticos con su marido y un hijo de quince años que les salió equilibrado y fenomenal, la casa estupenda allí, la otra allá y el piso en edificio noble que me ha invitado a ver lo bien que les ha quedado después de la última remodelación. Si, sí,  pobre Eloísa, deseo que le llegue pronto el descanso".

*Las escuelas concertadas son las subvencionadas en parte por el estado, así que los padres pagan por la escolarización, pero bastante menos que en una privada. En las llamadas públicas la enseñanza es gratuita (al contrario de lo nominado en Inglaterra).

domingo, 1 de septiembre de 2013

Una camada explosiva

Maureen O'Sullivan
Si ha habido un trozo de tela bien amortizada en este mundo, esta ha sido una de estampado tropical con que les fabriqué a mis hijos sendos taparrabos, que junto a unos cuantos cinturones de cuero, y dos largas capas negras, a su vez de confección casera, dieron juego para una cantidad de años trepando por las alturas.
Lejos de toda duda de que mis hijos habían sido unos  fuera de serie en su capacidad para agotar a quienes estuvieran a su cuidad este agosto he podido establecer la real comparación con unos niños de normal calibre y aún he quedado extasiada ante la facilidad. 
Alrededor de dos décadas atrás, cuando viajábamos a Buenos Aires y estando alojados en la casa de mis suegros, ella se ofrecía buenamente a quedarse vigilante de sus nietos españoles diciendo: "No os preocupéis, los acostáis y en cuanto estén bien dormiditos podéis salir a dónde queráis", lo cual significaba estar a la una de la noche en la calle principal de un barrio periférico de esa vastísima ciudad dudando entre tomarse un transporte al centro o meterse a una pizzeria a medio cerrar en la esquina a tomarse una bebida antes de regresar.
En la casa de mis padres igual, mi madre me decía que ella se encargaba de cocinar y de lo que fuera, mas yo de mis criaturas.
Y es que cualquiera se asustaba ante la idea de asumir la responsabilidad en solitario.
Por ello recuerdo un maravilloso descanso de dos días, echada en la cama leyendo, en la casa de veraneo de la familia grande, por el sobrevenimiento de una lumbalgia que me paralizó en seco, así que los adultos se tuvieron que hacer cargo de mis hijos, junto a los primos de parecidas edades, una camada familiar que salió explosiva, sobre todo cuando uno de ellos se juntaba con los míos, entonces era como la pólvora a la mecha prendida, y escuchaba a lo lejos el ruido y las voces de los grandes y pensaba: "Pero que bien se está aquí arriba, con esta tranquilidad y este solecito; al fin y al cabo esto ha sido una bendición, siempre que no me mueva un ápice de la posición".
Pues en esa o en alguna otra especial circunstancia en que yo no estuviera por un rato, al llegar de la playa mi madre metió al pequeño de los míos en la bañera, y habrá ido a por una toalla que al regresar ya no estaba en el agua, ni en la casa, y salieron disparados a buscarlo, pues casi era un bebé que no caminaba, y se lo encontraron tan campante por el paseo ribereño, después de ir calle abajo hasta un kilómetro de distancia, descalzo, desnudo y todavía chorreante de agua espumosa.
El mismo que se esfumó una vez en el camino de la playa a casa y no había quién lo encontrara, hasta que se me hizo la luz y corrí a mirar a la iglesia que quedaba en mitad del trayecto, y allí lo hallé, sentado inmóvil entre las velas, con los ojos cerrados y las manos en posición de orar, en bañador, sudando como un pollo, en esa sauna exótica que asemejaba la salita de los cirios, fulgurante, repleta de ellos encendidos.
El mismo que un poco más crecido le sacó el gusto a irse bien lejos, y entonces dirigirse a una patrulla policial haciéndose el perdido, para que lo montaran en el auto y  poder examinar de cerca la parafernalia que tanto le atraía, y luego nos lo subían a casa una pareja de esos guardias municipales, pues resulta que llegando a la central, el crío ya se orientaba, indicándoles el mismo el camino al hogar, donde ingresaba satisfecho con los dos superagentes al lado.
Mi cuñada Maite todavía dice ahora que deberíamos haber escrito un libro.

Pues en este agosto he estado en esa misma playa con mi nieto de nueve años, es decir, el nieto de mi marido, que se ha juntado a los hijos de ocho y seis de mi hermana Clara, y se han entendido a la perfección, jugando como es normal, a veces más tranquilos y otras más alborotados, pero vaya, un remanso de paz para los adultos, ¡que diferencia!.
Entre los adultos mi hijo Lucas.

sábado, 24 de agosto de 2013

Cambio de etapa


Cierta vez en el cine de los adultos, quedé afectada en sentido erótico por una Shirley McLaine en el papel de una meretriz metida en apuros moviéndose por la escena de la acción con sensual naturalidad en bragas y escueto sujetador verde por el que le asomaban unas tetas que nunca había visto así de mostradas.
Para entonces las mujeres usaban desde luego bikini en las playas, pues ya era la época tardía de Franco, el país había avanzado en modernidad y tampoco estaba el dictador como para espantar al turismo con mojigaterías. Entonces proliferaban los shorts, las minifaldas, los escotes, o el uso de camisetas ajustadas o blusas semitransparentes marcando pechos sueltos, en los lugares más desenvueltos o de costa, y hasta en el de mi veraneo había una boîte, donde me dijeron que a la noche ponían una luces que traspasaban  los vestidos y dejaban a las mujeres como si anduvieran tomando copas o bailando con la sola ropa interior de color blanco que llevaran puesta, la cual quedaba iluminada resplandecientemente.
Además había presenciado como una pobre chica de la comunidad veraneante catalana se había quedado con la parte de arriba al aire al salir del agua, ella que las tenía ya bien crecidas, después de que estando echada tranquila tomando sol con las tiras del bikini desabrochadas unos amigos la cogieran en volandas por las cuatro extremidades y la lanzaran al batiente de las olas, y digo pobre, porque al levantarse se le vio todo.
Pude imaginar el bochorno, aunque seguramente ella se lo tomó como la broma que era, aparte de que nadie en la orilla pareció reparar en el incidente, y aun si la playa entera lo hubiera presenciado, tampoco hubiese importado lo más mínimo. Era yo; igual que cuando andaba desesperada a la búsqueda del bikini de mi adolescencia, casi llorando tras una intensa campaña sin dar con uno a mi medida, es decir, con la braga de reducido tamaño, mas capaz de cubrir por lo alto la tremenda hendidura de mi trasero y por lo bajo, los dos arcos que marcaba en su confluencia con los muslos, algo imposible para mi anatomía y que el resto de las humanas playeras cubrían alegremente de sobra con un escaso triángulo de tela.
Pero lo de la chica de las tetas escapadas fue un accidente, nada que ver con la voluptuosidad desplegada en pantalla por la mujer en blonda verde.

Unos veinticinco años después vi la misma película junto a mis hijos chiquitos. ¿Eso era?, pensé.  Sentados en el sofá de casa en el rigor del verano, iban ellos en taparrabos y yo casi más frescamente ataviada que la mismísima protagonista. Entonces me pareció que las delanteras de Irma eran de tamaño normal y corriente, le bailaban lo justo dentro del sujetador, en ningún momento amenazaban con salírsele de las copas, y a los tres nos gustó mucho, tanto como a mi marido, esa inteligente, inocente y deliciosa comedia de Billy Wilder.
Ayer, regresando de la playa de todos los veranos, hablaba en el coche con mi hermana Agnès de la posibilidad de que creáramos entre las dos una linea caliente al teléfono, para atender a los necesitados de cariño auditivo, o ella decía que podríamos prestar un servicio que proveyera de instrucciones para juegos sexuales imaginativos a las parejas hartadas de sus monótonas prácticas habituales. Si nos fuera bien, ella se libraría de atender a los niñitos de su escuela de parvulitos, que cuando empezó le encantaban, ahora le siguen gustando mucho, pero calcula que en unos años ya va a tener suficiente de ellos, y a mi me permitiría seguir con esto, pero lo vamos dejar sin implementar, pues era un simple manera de comunicarnos a la perfección durante el viaje, y ella ya tiene otros proyectos in mente, igual que yo estoy en vías de encontrar los míos.

sábado, 27 de julio de 2013

Tiempo de azañas II

La Perla de York
No recuerdo que de niña nos contaran en el colegio demasiadas historias truculentas basadas en la persecución de los cristianos y los libros a propósito de la asignatura religión que tenía en casa eran adaptaciones modernas para niños, sin ánimo de asustarlos, con ilustraciones grandes, atractivas, en colores, narrando historias del Viejo o Nuevo Testamento, y la Pasión de Jesús, como ya la tenía tan acostumbrada, más que estremecedora me resultaba algo triste cuando llega el tiempo de rememorarla, por tener que pasar la mitad de las vacaciones de Semana Santa cada año con lo mismo, todo teñido de gris y morado, con un toque de rojo que para nada levantaba el general ánimo plomizo que se respiraba en la calle y en la tele*. Así que vivía tranquila.
Sin embargo, una amiga que llegó desde Barcelona a residir con su familia de padre ingeniero y que habría acudido a algún colegio de los de allá, tenía en su estantería un libro, bien anticuado de encuadernación, que me puse a hojear, y ella me dijo que se lo habían proporcionado sus anteriores monjas, y quedé prendada del horror.
Allí vi que unos hombres le dijeron a una niña que abordaron por la calle que si avanzaba el pie hacia la cruz que le habían puesto delante en el suelo, se libraría del mal que pudieran hacerle, pero si se resistía al pisotón, la iban a matar y descuartizar. Como la niña era un ejemplo de buena cristiana, se negó en redondo, así que le hicieron lo anunciado, troceándola y sepultando los pedazos en lugares diversos del municipio donde ella residía. La gracia era que en la sucesiva noche los vecinos descubrieron luces emergiendo de aquí y de allá, y fueron a mirar, rescatando de lo hondo de un pozo la cabeza, y así siguiendo, hasta reconstruir el cuerpo entero.
Fue la refulgencia que les dio señal de que la niña había muerto por amor a Jesús; y mi dilema era qué haría si me salían al paso unos infieles como esos, que más que una duda era una disyuntiva, porque tenía claro que haría, pero entonces dónde quedaría mi camino hacia el reconocimiento por algo meritorio y de tamaño abultado que hubiera hecho.
Casualmente he visto ahora que era práctica común en el siglo XVI la dispersión del cadáver, de los católicos perseguidos por la iglesia de Inglaterra, si los pillaban, claro, después de rebanarles los miembros, aunque a Santa Margarita Clitherow le aplicaron la modalidad de extenderla viva sobre una roca puntiaguda, adosándole al cuerpo una puerta y sobre esta cargando pedruscos y más pedruscos hasta que muriera por compresión. Total, por acoger en su casa a unos sacerdotes católicos, obtuvo ese justo juicio por la ley de York, la hija de un candelero que hacia sus dieciocho años se había convertido a la iglesia de Roma, de la que un poco antes, dentro del mismo siglo, se había desligado Enrique VIII, arrastrando por supuesto con él a todo su pueblo; y ahí terminó la vida de carne y hueso para la recordada Perla de York, por cierto, nacida de apellido Middleton, como la actual admirada Kate, Duquesa de Cambridge, la que precisamente esta semana ha alumbrado a un futuro probable monarca, si es que para entonces continúa la devoción o el sentimiento utilitario de los británicos hacia su realeza.
Y volviendo a las escenas bien propias de cine gore o de terror, bien sabido que los católicos a su vez usaron las más creativas y dolorosas técnicas de suplicio contra sus enemigos, y es que ese es el inconveniente que tienen las iglesias cuando están sin domesticar y en pleno ataque virulento de su fe expansionadora.
Gracias que con el tiempo algunas se han ido ablandando, al menos por mis lares culturales,  plegándose a los deseos y necesidades más humanas y espirituales de sus fieles como método para conservar o hacer crecer la parroquia.

* Franco gobernaba entonces en España y hacía respetar los ritmos de la iglesia oficial del régimen

miércoles, 24 de julio de 2013

Tiempo de hazañas I

La libertad guiando al pueblo
Delacroix
Las cantantes, actrices y bailarinas eran desde luego mi inspiración de chiquita, como supongo le sucede a la mayoría de niñas en este planeta, aunque en lo hondo de mis divagaciones creo que prefería destacar por alguna otra hazaña.
Era potente la idea de la madre fundadora del colegio de monjas al que asistía, una viuda con cuatro hijos a quien una vez muerto el marido se le ocurrió crear una congregación; pero a mi me gustaba en su vertiente de niña, página tras página de un libro ilustrado mostrando hechos significativos de los que hacía, cada día consiguiendo algo brillante, propio de ser contado con admiración a los escolares de las siguientes generaciones y de constar en lo que yo miraba y remiraba buscando la clave de llegar a ser tan especial como ella.
Un día Joaquina, que así se llamaba, se ensució sin querer el vestido, que lo llevaba tan limpio y recién planchado, y a resultas del manchón quedó muy compungida por el trabajo que le iba a dar a su mamá, y decidió lavarlo ella sola antes de presentarse en casa; sin sacárselo, por supuesto, porque lo hizo al aire libre y rodeada de pajaritos, y de tan buena y considerada como había sido, al exponer el trozo de tela mojada al cielo, unos angelitos le enviaron unos rayos que se lo dejaron a la de nada como si lo hubiera metido en una centrifugadora secadora por unos minutos a máxima revolución. 
Quise imitarla, no por seguirla en todo igual, pero que a lo mejor hacer algo como ella me daba la pista, y tuve el gran problema de que yo era tan pulida que ni por casualidad se me caía algo encima y por más que jugara en la tierra o a lo que fuere, siempre regresaba a casa tan inmaculada como había salido, y pensé en echarme la mancha adrede, que si un pinchazo y de sangre, que si de tinta pero haber cómo la sacaba luego, y cada sustancia revestía su dificultad, e igual calculé que de esa manera no valdría. 
Hay que ver que entonces no corrían tantas películas de heroínas laicas como haya ahora, o si las había no llegaban hasta el cine de la parroquia de mi pueblo, aunque sí pasaban muchas de vampiros, y también estaba a menudo Jane Porter luciendo sus lindos modelitos para la selva en las de Tarzán.

Entrada a la secta pensé que había llegado mi momento para la acción definitiva. Si antes había sido Jesucristo con sus apóstoles, ahora íbamos a ser nosotros. En el futuro se me podría considerar entre la avanzada de la nueva sociedad, pues yendo a ver, Saúl de Tarso era un judío fariseo perseguidor de la ya andante secta cristiana cuando fue cegado por el rayo, y bien que constaba entre los pioneros.
Esta era una idea particular que yo tenía, nadie hablaba así al respecto cuando estaba adentro, y tampoco era un secta creída o descreída de algún dios.
Lo cierto es que en ningún caso hubiera podido estar allí a medias, porque si estabas, estabas, y si participabas a medias eras considerado "un choto", y ser un choto nada tenía que ver con mi idea gloriosa de hacer historia. 

martes, 23 de julio de 2013

Casualidades de la vida

Bichito entre bichitos - S.Morell
Yo no sé que voy a hacer cuando la rusa o el ruso me abandonen, porque ahora uno de los dos, o los dos, o el oso de habla española, me están mirando a diario, y la estadística va para arriba y mis ánimos también, pero algún día se van a cansar, o se les va a acabar la lectura, y entonces yo me voy a quedar con la imaginación fundida, en el sentido de lo que pueda estar sucediendo por allá. Porque vale que me siento muy contenta, con solo un alma que mire, pero me gustaría que fueran más y que el chorro siguiera fluyendo, aunque a un tiempo sospeche que alguien me esté gastando una broma, o que un lío en el contador haga que se me muestre como venida de Rusia una tenaz conexión inexistente. 
Estoy divertida y exaltada porque me resulta sorprendente que un ruso me lea, ahora bien, si este tuviera un vecino o amigo que también lo hiciera, sería más extraordinario todavía, y si contaran ellos con una agenda repleta de posibles contactos hablantes del español e interesados en esto, entonces estaríamos frente a un fenómeno de la casualidad, y si encima alguno de ellos tomara como propia la labor de publicitarme, habríamos entrado de lleno en el terreno de la coincidencia más absoluta.
Mas las casualidades de la vida son muchas, desde las pequeñas hasta las enormes. Algunas nos benefician y otras nos fastidian; a ambas las podemos aprovechar, salvo que sus tremendos efectos nos resulten devastadores; bien que las más de ellas nos son neutras, proporcionándonos sorpresa, y muchas veces gozo, por haber saltado frente a nuestra mirada ese chispazo de conexión imprevista.
A todos nos sucede.

domingo, 21 de julio de 2013

En agua de borrajas

Cerraja
 Sonchus arvensis L 
Como se habrá podido deducir, Liam es el novio de la directora del hostel al que le alquilamos la habitación en la casa donde estuvimos viviendo mi marido y yo en los últimos meses antes de regresar a España.
Desde el principio tuve que mantener un pulso invisible con él para lograr que nos nos hiciera la pirula*.
Por lo demás fue todo bien.
Incluso al entrar nos prometió unas estanterías, ¡que nada de traernos unas cualquiera e instalarlas en un plis!, ¡que va!, él nos las iba a hacer fabricar de pura madera y a medida, y vino varias veces a tomar medidas, y me dijo que si quería pintar yo misma la habitación, el pagaría la pintura, para que quedara de mi color preferido antes de abordar la obra definitiva. Y estuve a un pelo de hacerlo, pero menos mal que no lo hice.
¡Ah!, y la china que casi me pega. Ella fue quién me mostró la vivienda en primera visita, y la habitación que ocupaba con su novio inglés, y que luego pasaría a ser la nuestra. Quedé prendada de su simpatía y de su arte para venderme la maravilla y así se lo comenté a mi marido. Mas cuando fui con él a la casa para acordar con la pareja las fechas de mudanza, la tía se había metamorfoseado y mi marido y yo nos quedamos allí de pie en el pasillo, alucinando, defendiéndonos como podíamos de la fiera furiosa, sin comprender, que mejor hubiera sido largarse al primer zarpazo, pero estábamos atados de pies y manos.
Llegamos luego a la conclusión de que la china se estaba doliendo del bolsillo, aunque equivocando por completo el objeto de su ira. Y el landlord sin aparecercomo si el interés estuviera entre nosotros, y él, nada que ver. 
A cierto tiempo de vivir allá pensé: "¡Pero madre mía! si esa pareja estuvo rentándole tres años seguidos "esto", un detalle bien gordo hubiera debido tener con ellos el landlord a la hora de que se fueran, y hasta un monumento a la resistencia heroica erigirles, y sin embargo"
Pero que le vamos a hacer, a cada uno le toca el  "lord" que te toca, y dentro de la especialidad de los "land" habrá de mejores y peores, y dentro del ramo general también de todo, eso quiero pensar, porque los ingleses construyeron un imperio, y a no ser que el país esté en decadencia, y suponiendo que desde la cutrez no se levanta un esplendor, pues en algún lado tendrá que estar el gentleman*; sin menospreciar a mi landlord, que tuvo la generosidad de hacerme una rebaja inicial en la fianza, y siempre fue cortés y de trato agradable con nosotros. 

*Hacer la pirula: Es una expresión particular mía que viene de habérsela escuchado a un taxista una vez que lo paramos en las calles en Madrid para preguntarle hacia dónde teníamos que enfilar con nuestro coche lleno de los cuatro para dirigirnos a la calle que buscábamos, y el hombre nos dijo: "Sí, miren, hagan aquí mismo la pirula, refiriéndose a un giro de media vuelta a extranjis de las normas de tráfico, y tomen en la dirección que venían, y luego etc, etc.". Pues me hizo gracia dicha manera de decir  y ahora yo lo aplico, en una deformación que nada que ver, a alguien que se aprovecha de la candidez del pardillo tendiéndole un camino de trampas que le hagan caer en lo que quiere sin que se note que se las puso e incluso pretendiendo salvar frente a sí mismo la reputación de persona honesta y confiable. 
*Gentleman: Caballero

viernes, 19 de julio de 2013

Crónica final de un alquiler

Día 15
Hi Liam,
Tu tienes mi fianza y la fianza del nuevo inquilino que te he conseguido, con seguridad que tu no le ibas devolver a esta persona el dinero en caso de que finalmente decidiera no alquilarte, entonces, no veo razón para que retengas mi depósito. Necesito el dinero ya. He quedado el veinticinco a la mañana con el inquilino para pasarle las llaves y de ahí partimos inmediatamente mi marido y yo hacia el aeropuerto. Como comprenderás, queremos arreglar las cosas ahora y no a último minuto.
Atentamente,
Susanna

Día 16
Hi Susanna,
Me estás pidiendo de nuevo que te haga un trato especial. Acordamos que si os ibais antes del año, os encargaríais de mostrar la casa para conseguir a los siguientes alquiladores. Todo el mundo está de acuerdo en esto, porque da flexibilidad de irse cuando uno quiere. Yo soy siempre justo, tengo una fácil relación con mis inquilinos y solo les pido que sigan unas claras reglas. Una de ellas es que devuelvo el depósito cuando el nuevo inquilino asume las responsabilidades por la habitación, es decir cuando tiene las llaves, se ha mudado y me dice que la habitación y el contenido está en buenas condiciones y limpio.
No estoy por completo en contra de hacer excepciones en algún caso, pero ahora mismo, me siento incómodo para hacerlo pues parece existir cierta animosidad entre nosotros.

Día 16
Hi Liam,
No habrá ninguna animosidad si me devuelves la fianza ahora.
Con respecto al mínimo período de renta, te recuerdo que me vi forzada a aceptar los doce meses, un cambio por tu parte que se dio después de haberte entregado la fianza, ya que el anterior inquilino, el que me enseñó la casa y me explicó las condiciones en tu nombre, me aseguró que eran seis meses y con esta idea tomamos la decisión. No te hubiéramos alquilado de ningún modo de haber sabido que era por un año.
Tu no chequeaste la habitación cuando los anteriores se fueron y nosotros ocupamos el espacio, entonces ahora se hace difícil comparar el nivel de limpieza, pero te invito a venir mañana personalmente para ver en que condiciones está la habitación y entonces devolvernos la fianza.
Ya tienes unos nuevos inquilinos que han pagado, y nosotros necesitamos que nos devuelvas el dinero.
Sin ninguna animosidad por nuestra parte.
Sinceramente,
Susanna.

Día 16
Hi Susanna,
No se da nunca la situación de que a un inquilino le sea devuelta la fianza antes de irse y dejar la habitación en buenas condiciones.
Un cordial saludo,
Liam

Día 17
Hi Liam,
Está bien, Liam
¿Te parece entonces encontrarnos (tu, mi marido, yo; y luego el nuevo arrendatario) en la mañana del martes día veinticinco?
Ahí te podemos enseñar nuestro dormitorio y si está todo en buenas condiciones, podrías devolvernos la fianza en efectivo (recuerda que partimos de ahí hacia el aeropuerto, sin tiempo de pasar por el banco). Firmaríamos el fin de nuestro acuerdo y te devolveríamos las llaves. Entonces podrías entregárselas a los nuevos inquilinos y firmar con ellos su contrato, pues estaría bastante fuera de cualquier normal regla que alguien, especialmente sin conocerte, entrara a vivir a tu propiedad sin tener en sus manos un contrato firmado que lo  protegiera frente a cualquier posible problema.
Nos vamos antes de lo previsto porque no quiero pasar el invierno en una habitación tan oscura y húmeda. En ese cuarto siento cierta alergia, puede que por lo "mojado" del suelo, o el viejo polvo adherido a las rugosidades de la pared, o al porexpan de las molduras, quién sabe, pero en todo caso, ese es mi problema.
También recuerda que estábamos desde el principio si luz en el pasillo (cambié la bombilla, pero el electricista tenía que venir, tu sabes), y por dos meses hemos estado sin fluorescente en el cocina, pero ya estábamos resignados ... . Si el electricista no aparecía para solucionar lo más importante, nadie vendría a arreglar la lavadora, o la luz en la nevera, o ... y empezamos a pensar que así funcionaba en Inglaterra y que era mejor regresar a nuestra casa, sin ninguna animosidad con respecto a ti.
Pero cuando me dijiste que tu siempre habías sido justo y que solo era mi cuestión haber seguido tus claras reglas, eso realmente me enfadó, porque mi primera regla es bastante diáfana.
Cuando hago un pago a través del banco, tengo la costumbre de especificar con claridad el concepto de lo que estoy pagando, pero cuando hice esto contigo la primera vez,  recibí en cuestión de segundos un email de tu parte pidiéndome no escribir nunca más: "mensual pago por la doble habitación alquilada en la primera planta de la casa sita en xxxxxx".
Antes ni me preguntaba; ponía la secreta referencia que tu me indicaste y listo (sí que pensé que de mi manera tu contable podría haberlo entendido incluso mejor; pero a mi qué más me daba, si ese era tu sistema).
Ahora he empezado a consultar en las siguientes direcciones por si llegara a serme necesario clarificar algunos aspectos:
HM Revenue&Customs www.hmrc.gov.uk and
(Páginas de información estatal sobre declaración de renta, recaudación de impuestos, tasas, etc, etc.) 
Atentamente,
Susanna

Día18
Hi Susanna,
Estoy afuera esta semana.
No he tenido tiempo de leer todo tu email.
No puedo estar el martes por la mañana, pero, ¿qué te parecería el lunes, el día antes de que os vayais?

Dia 18
¡Bingo!
(Esto no se lo escribí; y lo demás transcurrió smooth* como el terciopelo azul)

*Smooth: Liso, fluido, tranquilo, llano, afable, sin arrugas, zalamero.

miércoles, 17 de julio de 2013

Alojamiento en Cambridge

Patrones filotácticos
Me presentaron al novio de mi ex directora del hostel un día en el pub, un norirlandés simpaticón, alto y pelirrojo, al que casualmente pregunté si sabía de alguien que tuviera habitaciones para alquilar. En ese momento se calló incluso de decirme que él era un landlord, pero a los dos días recibí una llamada suya.
Es un negocio frecuente en Cambridge comprar casas dejadas estar en los barrios menos favorecidos, arreglarlas un mínimo y ponerlas en alquiler por piezas. Si alguien cuenta con el monto de la entrada, una fuente de ingresos estable y algo para invertir en la "rehabilitación", el banco le concede la hipoteca, y entonces puede ir devolviendo lo prestado con lo que le cobra a sus inquilinos, ¡algo nunca visto en el planeta!, y a eso se dedica en parte el novio de la directora, que pasó a ser "mi" landlord, es decir, el propietario de la casa donde mi marido y yo alquilamos la habitación que me ofreció por teléfono.
No se vaya a creer que por estar algo alejados del centro o de la crème de la crème sean barrios feos, que va, en Cambridge todo es precioso, casas con jardín y explanadas verdes por doquier.
En unos más que en otros, en cualquier distrito se da el negocio de alquiler por habitación, y también habrá dueños que no necesiten recurrir al banco para tener alguna casa de sobra en la que aplicar el modelo; y luego están los que ponen en alquiler alguna habitación de su propia vivienda. 
Sucede además que todo cambia y se mezcla, y mi barrio, por ejemplo, quedó favorecido para los landlords cuando se ubicaron en la cercanía dos grandes parques albergando las sedes de empresas privadas, del campo de la ciencia y los negocios, llenándose de instruidos empleados a la búsqueda de  alojamiento a pocas pedaladas de su lugar de trabajo.
Y es cierto lo que me dijo en mis primeros días en Cambridge la amabilísima chica mejicana, a su vez ella landlady  "No te preocupe lo alejado que te parezca en el mapa el lugar que te hayan indicado, esta ciudad es como un pueblo, cualquier sitio queda cercano".
El barrio de Mill Road es otro típico con habitaciones a rentar en casas compartidas, casi el único con precios alcanzables a una distancia del centro que se puede hacer a pie; alcanzables dentro de lo carísimo, y en una caminata de entre cuarto y media hora. Por ello el más poblado por los extranjeros llegados de todos lados a buscarse la vida y por los estudiantes de la cercana Anglia Ruskin University. Con muchas casas construidas hacia finales del siglo diecinueve para la vieja clase obrera ferroviaria, alineadas en largas ringleras, aunque nunca dando sensación de agobio,  y una calle principal llena de pequeños comercios, cafés y restaurantes, regentado y atendido por gente de la más diversa cultura y procedencia.
Y es que Cambridge es un lugar de muchísima movilidad habitacional.
Encima están los que vienen por un tiempo a aprender el idioma.
Y ya ni quiero imaginar el vaivén que debe de darse adentro de la University of Cambridge en razón de alojamiento para tanto alumno, personal, personajes invitados y demás, porque ahí la universidad debe de ser dueña y señora de las chambres que ofrece, y por consiguiente, el tipo de landlord* y tenant* que aquí me ocupa, se quedan afuera.

*Landlord / landlady: Propietario/a, arrendador/a
*Tenant: Inquilino, arrendatario

lunes, 15 de julio de 2013

Fisiología de la seta

Churchill, Roosevelt y Stalin
en la Conferencia de Yalta
Las asociaciones de los humanos, llámese partidos, religiones, clubes, empresas o sectas, son como los hongos. Las hay en tal cantidad, que la variación está asegurada, manteniendo por supuesto esa esencia común, que por algo se los cataloga juntos a la hora de clasificar, y no se considera a un hongo una planta descolorida, ni a una asociación humana una cría de escorpiones en el lomo de su madre.
Es claro que unos hongos elevan la masa del pan que nos alimenta y otros se meten en el pie a hacernos rabiar de picor. Los hongos están tras  la confección de una buena cerveza, un Roquefort, o un Camembert, o directamente en la tierra en forma de boletus, para deleite de paladares, y sin embargo le pegas un bocado a según que seta y  tienes que correr al hospital a por un lavado de estómago que te salve la vida, si antes no has caído fulminado. Y así podría seguir, que se encuentran los que se usan en la fabricación del pegamento líquido, y los que acaban con la paciencia de los aficionados a la jardineria, etc, etc.  Y finalmente habría que nombrar a los que fuera de cualquier juicio de utilidad te transportan a un mundo nuevo caleidoscópico y multicolor.

Así que resumiendo diré:
Secta va, secta viene
A que nos tenemos que atener
Cómete un champiñón y quédate tranquilo
Que la seta va donde la secta duele

Entonces, estoy delirando
Por tanto, lo voy a dejar aquí
Con unas palabras de Winston Churchill

Ya le hizo notar el primer ministro británico en la Cámara de los Comunes a un recién llegado de su partido al parlamento británico. "No se equivoque, joven, los de enfrente son nuestros adversarios, los enemigos los tenemos sentados de este lado, en nuestras propias filas"; confirmándose así mi teoría de que te metas donde te metas, si te metes en un grupo vas a tener que vivir las consecuencias por todos los costados.

viernes, 12 de julio de 2013

Acérrima adepta de la secta del hostel

Churchill, Roosevelt y Stalin
en la Conferencia de Yalta
Las asociaciones de los humanos, llámese partidos, religiones, clubes, empresas o sectas, son como los hongos. Las hay en tal cantidad, que la variación está asegurada, manteniendo por supuesto esa esencia común, que por algo se los cataloga juntos a la hora de clasificar, y no se considera a un hongo una planta descolorida, ni a una asociación humana una cría de escorpiones en el lomo de su madre.
Es claro que unos hongos elevan la masa del pan que nos alimenta y otros se meten en el pie a hacernos rabiar de picor. Los hongos están tras  la confección de una buena cerveza, un Roquefort, o un Camembert, o directamente en la tierra en forma de boletus, para deleite de paladares, y sin embargo le pegas un bocado a según que seta y  tienes que correr al hospital a por un lavado de estómago que te salve la vida, si antes no has caído fulminado. Y así podría seguir, que se encuentran los que se usan en la fabricación del pegamento líquido, y los que acaban con la paciencia de los aficionados a la jardineria, etc, etc.  Y finalmente habría que nombrar a los que fuera de cualquier juicio de utilidad te transportan a un mundo nuevo caleidoscópico y multicolor.

Así que resumiendo diré:
Secta va, secta viene
A que nos tenemos que atener
Cómete un champiñón y quédate tranquilo
Que la seta va donde la secta duele

Entonces, estoy delirando
Por tanto, lo voy a dejar aquí
Con unas palabras de Winston Churchill

Ya le hizo notar el primer ministro británico en la Cámara de los Comunes a un recién llegado de su partido al parlamento británico. "No se equivoque, joven, los de enfrente son nuestros adversarios, los enemigos los tenemos sentados de este lado, en nuestras propias filas"; confirmándose así mi teoría de que te metas donde te metas, si te metes en un grupo vas a tener que vivir las consecuencias por todos los costados.

miércoles, 10 de julio de 2013

Caseta de la playa

La partida de naipes - B.K.Balthus
Mi primo cura de la orden de los Legionarios de Cristo Rey dejó de comunicarse conmigo. Para cerciorarme de que era a propósito, le mandé unas líneas en marzo, felicitándolo por el nuevo Papa Francisco, pero igual seguí sin respuesta.
Pensando que pasó, fui a rescatar del archivo el último mensaje largo que le había enviado para discernir en qué parte le hubiera podido resultar definitivo.
Esto es:
Querido Pablo, ¡cuanto tiempo!. ¿Habéis realizado el viaje a Tierra Santa?. Me gustaría saber cómo estás con lo de la infección, si ya pasó o te encontraron la causa.
Mira Pablo por supuesto que sé de Jesucristo, recibí una educación católica y mi madre con su ejemplo nos transmitió sus valores, pero si algo tengo que agradecer a mis padres sobre todo, es la libertad que me brindaron de elegir mi camino sin presionarme en absoluto. 
Ahora te comento, de las cosas del mundo lo que más me interesa es la forma. Me fijo en el cómo se dice o se hace algo. En el arte lo mismo, incluso me molesta cuando pretende llevar mensaje. Así que tanto puedo encontrar pésima una película dónde triunfa el amor más puro, como buenísima una repleta de violencia,  vampiros, o lo que quieras imaginar de malo. Todo depende de su confección. Si hay algo que me disgusta es lo que suena a falso.
Mi vida en Cambridge sigue lo mismo, trabajando y a la espera de que mi marido se haga famoso alguna vez con sus libros para poder dejar esto y venir a darme una vuelta por América, así te visitamos. Digo esto en broma, pero algo lleva de cierto.
Bueno Pablo, no tardes tanto como yo en contestar, ¿de acuerdo?.
         Un beso de tu prima, Susanna.

Me parece un texto a la medida, aunque igual pensó que yo era una renegada sin posibilidad de enmienda. Craso error de interpretación, pues a mi Jesucristo me parece, que si a la gente le ayuda, es perfecto. 
Y en cuanto a lo otro, la Biblia está llena de belleza literaria, cuajada de incestos, asesinatos y demás maravillas del arte depravado y hasta un conato de parricidio alentado por mandato del propio Dios, así que no debería descartarme por eso.
Lo que yo pensé es que, si iba a mantener una conversación con él, no iba a pasarme el resto de la vida hablando exactamente con sus propias palabras y tratando de evadir lo que a cada carta me preguntaba.
Una vez le pregunté yo si conocía al cantante Van Morrison y si a los sacerdotes de su congregación les interesaba a alguno la música, la literatura o el cine sin más, es decir, como gusto en sí mismo, y le coloqué el estribillo que estaba escuchando cuando, por esas asociaciones misteriosas que se dan, me acordé de él.
Everyday, everyday, it's hustle
hustle time, hustle time
Everyday and every way
one more, one more mountain to climb
Cada día, cada día es un bullicio
tiempo de prisas, tiempo de ajetreo
Cada día y de todas las maneras
una y otra montaña más que escalar
Me dijo que no conocía a Van Morrison pero que parecía que tenía valores profundos, que claro que les interesaban las artes y el tenía interés por todo lo humano y era un gran apasionado de la belleza, en sus múltiples facetas, y predicaba mucho acerca de ella.
Lo habrá pasado mal mi primo (que en realidad es el primo de mi madre pero de mi edad).
En febrero de 2009 La Legión de Cristo anunció que la congregación tenía conocimiento de que su fundador Marcial Maciel había procreado varios hijos siendo sacerdote. En marzo de 2010 la Legión de Cristo se desvinculó de su guía y referente moral hasta entonces. Marcial Maciel enfrentó hasta su muerte acusaciones por abuso sexual a varios niños y seminaristas, incluyendo sus propios hijos.
Los hombres de su orden anunciaron:
"Queremos pedir perdón a todas aquellas personas que lo acusaron en el pasado y a quienes no se dio crédito o no se supo escuchar pues en su momento no podíamos imaginarnos estos comportamientos..."
Estaría incluida la firma de mi primo en el manifiesto, si lo firmaron entre varios, pues el se encontraba y permanece en primera línea de la orden.
Pensé que haber pasado por tamaño terremoto lo acercaría más a la esencia, es decir, al crío que fue, mi amigo, el que me abandonó para irse en barca a pescar con amigotes, siempre a la distancia, en lugar de crecer junto a mi en la pandilla, de los niños y niñas que habíamos soltado la pelota y  empezábamos a jugar a ser mayores.
Me pregunto si se acordará con cariño de nuestras actividades eróticas; porque si se ha olvidado o pretende olvidar, entonces si que es él el que no tiene remedio.
Teníamos un juego en la oscuridad del salón. Sentados algunos de sus familiares viendo la tele, aprovechábamos el peligro de la presencia de su severo padre concentrado en la luminosidad del cuadrado en tonos oscilantes entre el blanco y negro para dar cada uno a su turno una vuelta alrededor de la larga mesa y regresar a nuestro rincón escondido y repetir el mismo circular movimiento, ahora con la mano por el trasero bajado de braga o calzoncillo del que había quedado a la espera. Suavecito, suavecito que teníamos el culito. Ahí el padre no se enteraba, pero bien que pego un grito de espanto el día que nos vio salir a los dos a la vez tan campantes de la caseta cambiador de la playa.