Hoy he limpiado baños durante cuatro horas. No ha sido tan terrible.
Cuando acompañé a mi hijo a Londres cuatro meses atrás y ya andábamos el resto de la familia con la idea de emigrar a esa ciudad, conocí a una chica española que me dijo que había conseguido un trabajo temporal que consistía en proveer de papel higiénico a todo un edificio de oficinas durante ocho horas diarias. Me pareció mucho papel. Yo creo que hacía algo más que colocar los rollos, pero no me habrá querido contar. Igual no me resultó demasiado agradable la imagen de viajar hasta Inglaterra para pasárselo entre retretes. Un trabajo como ese no lo haría yo jamás, pensaba.
Lo que yo pudiera imaginar desde el salón de mi casa en España quedó caduco nada más pisar tierras inglesas. Desde aquí todo se ve diferente. Acumulo experiencias nuevas y pierdo muchos prejuicios. Ahora limpio baños y lo que sea sin problemas. Por fin estoy en Inglaterra, donde, desde hace mucho, quería estar, y eso es lo único que importa.
Cuando acompañé a mi hijo a Londres cuatro meses atrás y ya andábamos el resto de la familia con la idea de emigrar a esa ciudad, conocí a una chica española que me dijo que había conseguido un trabajo temporal que consistía en proveer de papel higiénico a todo un edificio de oficinas durante ocho horas diarias. Me pareció mucho papel. Yo creo que hacía algo más que colocar los rollos, pero no me habrá querido contar. Igual no me resultó demasiado agradable la imagen de viajar hasta Inglaterra para pasárselo entre retretes. Un trabajo como ese no lo haría yo jamás, pensaba.
Lo que yo pudiera imaginar desde el salón de mi casa en España quedó caduco nada más pisar tierras inglesas. Desde aquí todo se ve diferente. Acumulo experiencias nuevas y pierdo muchos prejuicios. Ahora limpio baños y lo que sea sin problemas. Por fin estoy en Inglaterra, donde, desde hace mucho, quería estar, y eso es lo único que importa.
En el albergue se respira un ambiente informal que me gusta. El chico de la recepción es un holandés llamado Wauter. Por la mañana, nada más llegar me ha ofrecido una taza de té que él mismo ha preparado. La chica que me contrató resultó ser australiana.
Trabajo junto a Daniel, un chico búlgaro que está estudiando derecho, Alex, un chico de Londres que acaba de licenciarse en Historia, y Agnieszka, una muchacha polaca corpulenta y de dulce voz. La gobernanta que me instruyó el primer día es una inglesa del norte, rubicunda y movediza que se llama Victoria y que sabe tratar muy bien a la gente.
Trabajo junto a Daniel, un chico búlgaro que está estudiando derecho, Alex, un chico de Londres que acaba de licenciarse en Historia, y Agnieszka, una muchacha polaca corpulenta y de dulce voz. La gobernanta que me instruyó el primer día es una inglesa del norte, rubicunda y movediza que se llama Victoria y que sabe tratar muy bien a la gente.
Cafetería Costa en Sidney Street - S.M. |
Desde que llegué a Cambridge sólo me he tomado dos cafés. Mi hijo me los ha servido en Caffé Nero, la cafetería donde trabaja. En febrero Lucas, así se llama, se quedó a vivir en Londres. Desde España habíamos contratamos por Internet un curso de inglés por seis semanas en una escuela del centro, y ya estando en la capital conseguimos a través de Gumtree, una página web muy visitada, una habitación para alquilar. El trato era que nosotros, sus padres, lo financiariamos durante dos meses y pasado ese tiempo tendría que ingeniárselas para automantenerse. Y lo está haciendo.
Un fin de semana se vino a Cambridge a visitar a un amigo y decidió mudarse aquí y buscar trabajo.
Le gusta tanto su cafetería que cuando se pone a contar los tipos de cafés que preparan, los distintos capuchinos, el surtido de batidos..... me hace acordar de Tom Hanks en su papel en la película Forrest Gump, en la escena en que, mientras están pescando en una barca, le cuenta a su compañero de faena las diferentes e inacabables maneras de cocinar las gambas.
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