Anoche por primera consideré con mi marido la posibilidad de regresar a España en otoño.
Después de hablar con él por ordenador pasé a las canciones en Youtube y justo di con la de Whitney Houston en El Guardaespaldas, I will always love you, Siempre te amaré, que me facilitó el derramamiento de cuatro lágrimas de despido adelantado.
En esta mañana de fiesta monárquica, circulaba bajo la lluvia por una avenida apenas transitada cuando se me ocurrió que con esta ciudad yo viví nada más llegar una especie de enamoramiento que con el pasar del tiempo se ha ido trasformando en un amor más profundo y criticón.
También se me ocurrió que a lo mejor hasta me beneficia que ella se esté portando así de díscola conmigo. Al fin y al cabo las historias de amores imposibles siempre han gozado del favor del público.
Algo que siempre le deberé es mi progreso sobre las dos ruedas. Si hubiera circulado al principio por esa calzada, a esa velocidad y con esos pensamientos seguro que me hubiese pegado la gran castaña.
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