sábado, 30 de octubre de 2010

Carta de mi amiga Berta

Aquí pego la carta que he recibido de mi amiga Berta.
Hola Susanna.
¡Que alegría me da saber de vos! Te extraño muchísimo, para mi sos mi mejor amiga de España, siempre sentí mucha afinidad y la seguridad de poder contarte todas mis cosas sin ser juzgada.
Me va muy bien en el trabajo, me confirmaron que me van a hacer fija, y esto hoy en día es impagable y debo cuidarlo mucho. Estoy contenta con lo que hago.
El viaje a Galicia en pos del pueblo de mi padre fue toda una sorpresa. Es un pueblo muy chiquito sin ningún comercio. Empecé a preguntar en la calle a la gente que veía por la familia de mi abuela hasta que encontré a los hijos de una hermana suya. No me sentí bien recibida. Creo que vieron en mi a la persona que viene a reclamarles parte de sus posesiones o lo ya vendido. Me sentí tan mal. Mi intención era solo conocer la casa donde había nacido mi padre, pero los vi tan rastreros, que en cualquier momento comienzo a reclamar.
En lo sentimental las cosas van menos bien. Con el asturiano sigo viajando; estuvimos en Holanda y hace quince días fuimos a Lisboa y Porto, pero cada vez más sospecho que tiene otras relaciones. De momento me sirve, cuando vea que puede hacerme daño lo dejaré.
Lo próspero en lo familiar es que Graciela está haciendo el traductorado de ingles e italiano en la universidad y trabaja en la cafetería de siempre los fines de semana.
Lo feo es que falleció mi hermano el sábado pasado. Estaba muy delicado del corazón y no pudo salir adelante. A pesar de sus escasos cuarenta y seis años era una muerte anunciada.
Te he contado todo un rosario, jajaja, para que no te aburras. ¿Y vos? ¿Cómo está todo por ahí? Tengo ganas de ir a conocer. ¿Dónde pasarás las fiestas?. Ahora te toca a vos explayarte a tu antojo.
Un abrazo grande y escribime pronto,
Berta.

Y aquí pego mi respuesta.
Hola Berta.
Siento lo de tu hermano. Cuando hables con tu madre hazle llegar mis condolencias, es muy triste que tenga que pasar por algo así, dile que me acuerdo muy bien de ella y mandale un beso de mi parte.
Yo aquí muy bien, aunque hoy estoy un tanto cansada porque llevo seis días trabajando ocho horas diarias.  En realidad no se me cansa el cuerpo, se me cansan las piernas de estar tanto rato de pie sin tener la costumbre. Necesito hacer cada noche en casa una hora de estiramientos para recomponer el cuerpo. ¿No te pasaba a ti cuando trabajabas en los hoteles que se te cansaran las piernas? ¿Y ahora, te cansas? ¿Puedes sentarte de tanto en tanto?.
Mi trabajo en el hostel es de mucha intensidad. Tengo otra ocupación de dos horas por las tardes limpiando oficinas. Creo que en este segundo trabajo es donde está mi futuro laboral. El hombre con el que tuve la primera entrevista me dijo que es posible que en poco tiempo pueda tener jornada completa y me auguró progreso dentro de su empresa, una compañía de servicios.
Ayer Simón empezó a trabajar de lavaplatos en un restaurant tipo francés del centro. Doce horas diarias más dos de intervalo cuatro días a la semana. Empezó a las diez y a la una de la madrugada todavía no había regresado. Mi marido, conectado al Skipe, estaba muy alarmado. Se hicieron las dos, no respondía al teléfono. Lucas ya iba a salir de su casa para tratar de encontrarlo. Todos despiertos. A las dos y media contestó a las llamadas, recién estaban cerrando el restaurant. Por fin todos aliviados. Hoy a las diez de la mañana comenzaba de nuevo su jornada.
Mi marido llegará a Cambridge para quedarse el veinticuatro de noviembre. Ahí empezará una nueva historia.
Lucas estará a estas horas llegando al aeropuerto del Prat, a lo mejor Graciela se lo cruza por el pueblo esta noche.
Espero que vengas algún día a conocer esto. Muchos besos para ti y para Graciela.
Susanna.

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