martes, 21 de septiembre de 2010

Las clases de inglés

Internet- Insecto al microscopio
Yo casi siempre me sitúo como observadora de mi propia vida. La miro como si fuera una novela redactada de forma nada convencional y en la que no pudiese preveer en absoluto que sucederá en el siguiente capítulo.
Aunque yo no la haya elegido, por lo general me gusta la situación de inestabilidad constante que tiene mi vida y andar en la cuerda floja me resulta estimulante.
Si el salto mortal en el que ahora estoy metida me lleva a alguna parte, las piruetas, que siempre han sido mi especialidad, cobrarán mayor sentido.
Pero ayer por la noche no observaba nada. Ayer por la noche estaba muy cansada, y "la realidad", eso de lo que tanto habla la gente, se apoderaba de mí.


La única información sobre Cambridge que llevaba anotada en un papelito al llegar aquí era esta "Anglia Ruskin University, a veces dan cursos gratis de algunas materias". Saqué el dato de Internet. Al poco de llegar aquí, me fui a dicha universidad para informarme y prescribí a toda la familia para unas clases de inglés de tres meses de duración que comienzan en octubre, pero todavía no sé quién de nosotros podrá asistir.
Simón tiene que encontrar trabajo y vivienda, de momento se queda un mes en mi habitación, y luego ya veremos. Está contento de haber venido, pero es impaciente y parece una ardilla enjaulada dentro de mi cuarto. Los cursos pagos son muy caros, pero para que se apacigüe y para que tenga algo que lo saque de la cama cada mañana hemos contratado unos por dos semanas en Studio. Studio es una escuela situada en Station Road, cerca de la estación, que ocupa una casona muy bonita; hemos elegido esta porque aquí mismo en octubre podrá seguir con otras clases casi regaladas que imparten profesores en prácticas.
Pensé que tener una obligación lo arrancaría de la cama, pero al final soy yo la que tiene que sacudirlo varias veces para que se levante. Con este quehacer ya me desvelo y duermo menos de lo que me gustaría. Con lo cual "la realidad" se cuela en mi camino.
Pasé por el Instituto Gurdon y me dijeron que no me han seleccionado para la entrevista. Ahora espero con los dedos cruzados la respuesta de la universidad de económicas. Me la juego a una sola carta, y sino, tendré que volver a empezar. Si consiguiera esa plaza se me aclararía el panorama y podría pensar ya en la posible venida de mi marido.

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