domingo, 22 de agosto de 2010

Sexy Shop


Ann Summers Shop

Grand Arcade y Lions Yard son dos áreas comerciales situadas en pleno centro dentro de un edificio moderno y bien integrado en el entorno. Hoy me he paseado por allí. Hay una tienda sexy en la que  además de corsés, ligueros y ropa interior tiene expuestos en su entrada sugerentes trajes de enfermera, de camarera o de corista, y no tan a la vista bodys de cuero, fustas de dominatrix y otras bastantes cosas más. Al salir caí en cuenta que es una tienda de Ann Summers. Había leído algún artículo en la  prensa española, y también mi amiga Alison me había hablado acerca de la creadora de ese imperio al servicio del placer erótico.
Jacqueline Gold es la directora ejecutiva de la firma Ann Summers. Es una mujer atractiva, de cincuenta años, que ha levantado un enorme tinglado comercial a partir de los cuatro primeros Sex Shops que su padre, un rico empresario del porno, le cedió para su administración a mediados de los años ochenta. Ella supo darle un giro al negocio haciéndolo atractivo para las mujeres. Ahora tiene cientos de tiendas Ann Summers instaladas en los mejores puntos comerciales de cada  ciudad. También de ella fue la idea de vender artículos propios de un Sex Shop del mismo modo que Tupperware viene vendido sus recipientes de plástico desde hace décadas, en casas de familia, en reunión de amigas y sin presencia masculina. Ahora ella es una de las mujeres más ricas y famosas de Inglaterra y viaja en su propio jet privado. Como en las novelas su vida también tiene un lado sórdido y un lado trágico.

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