lunes, 30 de agosto de 2010

El cumpleaños de mi madre II

Aquí pego el verso que le ha hecho mi marido a mi madre y a continuación lo que yo he escrito.

Vive en Xxxxxxxxxx una señora
que habita en el nºxx de Xxxxxxxxx Xxxxx, així es diu el carrer.
Y ella, ¿cómo se llama?
Xxxxx Xxxxer.
Es esta Xxxxx, señora formidable
Y aunque cumple 75 se la ve en plena lozanía,
por lo cual es joven noche y día,
siempre guapa, simpática, inteligente y muy amable.
Es esta señora, madre, suegra y abuela;
hijos, nietos, nueras y yernos la saben estimar,
y ella con chocolate prepara el calamar,
pero también de verduras un purecito,
que a su yerno no le gusta… ¡pobrecito!
Sin embargo, de la familia, Xxxxx es el cogollo,
invariablemente pronta, solidaria y muy dispuesta,
por lo que estar con ella siempre es una fiesta,
haya puré, calamar o simple pollo.


(en catalán)
"Mama, eres la mejor madre del mundo", esta es la frase que le mandé a Agnès para poner en el álbum. No es sólo que yo lo crea así, es que estoy convencida de que si existiese un medidor científicamente objetivo de bondad materna ella estaría en el Top 10.
Pero a mi querida hermana Agnès le pareció que eso era poco y que tenía que explayarme más. Me leyó su escrito y algunos más con la condición de que no me repita con las palabras. Cumpliré y sólo abordaré la superficie.
Mi madre es guapa y elegante. Mantiene un tipo muy bonito que resalta sobre todo cuando se pone zapatos de tacón alto y trajes de chaqueta entallados.
Ella es presumida y nunca la verás desarreglada. Esto no significa que se pase el día frente al espejo. Tampoco significa que necesite demasiado artificio para lucir bien. Ella se levanta de la cama, se pone su bata larga, y no se qué más hace, pero, sin maquillar ni nada, ya tiene un aspecto resplandeciente.
Ella es un todo-terreno. La puedes ver sacando las telarañas de una masía desvencijada o barrer sus desvanes. La puedes ver haciendo un ramo de novia o llenando de flores las capillas para que luzcan bonitas en las ceremonias familiares. La encontrarás cocinando un roast beef con cebollitas caramelizadas para veinte personas, más los entrantes, las tartas y el arreglo de la mesa, a la que no le faltará detalle, y después de todo este trabajo, se va diez minutos a su lavabo y sale arreglada como si se hubiese pasado toda la mañana en un salón de belleza.
A las dos nos encanta compartir momentos de frivolidad. Me gusta cuando llego a mi pueblo y después de charlar un rato se va a su habitación a buscar para enseñarme el último vestido que se ha comprado. O cuando salimos a caminar y nos recorremos todas las tiendas bonitas para mirar los escaparates. Y me gusta ponerla al corriente de las historias de los artistas de cine o anécdotas del mundo de la farándula, que estoy más enterada yo que ella, y eso que no tengo televisor.
Las últimas gafas de sol que se ha comprado las fuimos a elegir juntas y disfrutamos mucho. Ella prefiere que le regalen un bolso bonito que unas buenas sartenes, y eso que las sartenes también las necesita. Y en cuanto a los perfumes, quiere uno que fundiéndose con su piel le resulte de un olor moderno, suave y romántico, que cuando estemos a su lado lo notemos, pero que de ninguna manera nos resulte embriagador.
Ella no es una mujer clásica, ella no es una mujer moderna, ella es atemporal.

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